Bergson y el
tiempo, duración para el otro
Bergson estudia
a la conciencia, al reír, entre otros y dice que tendemos a explicar con
ciencia todo, no le gusta. Se adentra en el estudio del tiempo y lo va a explicar
como duración, sacándolo de esta caracterización científica. El tiempo es
complejo y es evidente, pero no nos lo explicamos. Vemos el efecto del tiempo
como lo es el envejecimiento pero no sabemos explicarlo. El tiempo lo sé y si
me preguntan y no lo sé explicar decía San Agustín. El tiempo es evolución y se
define por el mismo.
San Agustín
dice que el tiempo es pasado, presente y futuro, pero no avanzamos mucho en su
definición porque el pasado no existe pues ya se fue y el futuro no existe aún,
es imaginación. Lo que es, es el presente.
Pero, pertenece
al futuro hasta que llegues a él y sea presente. Y el presente tampoco existe
pues se va y no lo captamos, al querer fijarlo se hace pasado ya. Entonces el
tiempo desaparece, no se deja capturar y es a la vez lo más cotidiano.
Bergson propone
dos tipos de tiempo, el tiempo físico que es unidad de medida y la duración
entre dos puntos. La medida es unidad objetiva. Es el mismo tiempo de unidad
para todos y es unidad en acuerdo. Se relaciona con ciclos físicos y naturales.
El tiempo físico
es uno y esta representación de segundos concatenados. El movimiento es lo que
pasa en el intervalo de un segmento a otro y es la duración y lo que se produce
ahí dentro.
El tiempo se
modifica al lograr un continuo que no segmenta al tiempo, es dejarlo pasar y no
segmentarlo para representarlo. El tiempo es indiferente a su representación
que se vuelve inadecuada. Los humanos segmentan para fijar y apropiarse de, es
como a través del lenguaje. El arquetipo de árbol es un artificio del espíritu pues
para comunicarnos segmentamos. Esta representación es su matematización, es
desnaturalizarlo y espacializarlo y darle ciclos. Las dificultades de
representación son para todos, pero la percepción individual del tiempo le
imprime diversidad y su velocidad cambia para cada uno. Es percepción subjetiva
de la duración y todos la experimentamos. Si pensamos en el tiempo es que nos
aburrimos. Concentrarse en detalles hace que todo se torne interesante y vuela
el tiempo.
Este tiempo
particular es muy difícil de atrapar, más que el tiempo objetivo. La percepción
subjetiva es el tiempo en duración y el tiempo filosófico. Es el carácter
relativo del tiempo. Es también tiempo psicológico. La naturaleza del tiempo es
noción de memoria, recuerdo y rastro. A través del pasado podemos prolongar el
tiempo de la experiencia y reconstruimos. Reescribimos así la realidad. El
pasado está ahí y es historia que llega al presente. Somos resultado de nuestro
pasado. El tiempo es conservar el pasado en el presente. Tiempo es esta
evolución, eres en función de esta conservación tu identidad y conciencia de
ti, gracias a la memoria. El tiempo es lo que nos permite transformarnos. Hay
un antes y un después, son los cambios los que involucran tiempo. Lo que hay
entre, es en realidad lo más importante, el proceso, el tiempo entre y no sus
efectos que es lo que se nos muestra. El tiempo antes que nada dice Bergson es
lo que hacemos de él y el recuerdo que será. No es un adversario como decía Baudelaire,
es más bien un aliado. Somos llamados a asistir el espacio de la transformación
y el tiempo es nuestro deber hacerlo vivir.
Para hacerlo
vivir nos diría Levinas, debemos llenarlo del tiempo del otro y darle ese sentido
en dirección al rostro del otro en un tiempo sin tiempo del encuentro cara a
cara donde el alma se eleva y eterniza.
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