Grace Nehmad

miércoles, 22 de julio de 2020

Theodor Adorno y Levinas

 

Theodor W. Adorno y Levinas

 Adorno fue sociólogo, filósofo, compositor musical y crítico de arte. Fue fundador de la escuela de Fráncfort y una  figura destacada del neomarxismo europeo. Iluminó la  reflexión cultural sobre el impacto de los medios masivos de comunicación con un ejercicio pleno del pensamiento crítico. Fue filosofo y pensador. El siglo pasado es tormentoso con la revolución rusa, dos guerras mundiales con destrucción y crueldad no conocida antes. Es con Adorno una reflexión continua y él fue pensador de esta época convulsa. Se dedicó a la filosofía en estética, sociología sicoanálisis y en una forma de literatura especial muy propia.

Sus ensayos destacan por su estilo complejo, oscuro y seductor para el lector. Forma parte del instituto de Fráncfort. Eran todos ellos investigadores progresistas que huyeron con el nazismo y se mudaron a los Estados unidos. Adorno se convierte en una figura engrandecida después del forzoso exilio. Es hijo único de un empresario judío y una madre católica. Su tía pianista lo influye y estudia piano. En 1924 se vuelca hacia Husserl y la fenomenología. Tiene intereses estéticos, políticos y filosóficos. Busca con los expresionistas en la música atonal. Se involucra en los periódicos vieneses y lo dirige después. Realiza investigaciones sociales en Fráncfort. Su espíritu crítico es neomarxista, pero es distante del mundo de la política. Escribe sobre Kierkegaard y la estética y le reprocha al vienes su subvaloración de la estética respecto a la ética y la religión. Emigró entonces huyendo del nazismo, se casa en Londres y luego se muda a Los Estados Unidos y se hace cargo del proyecto de investigaciones allá.  Trabaja en una radiofónica en Princeton. En 1941 escribe mucho sobre la dialéctica de la ilustración. En esta obra como parte de la escuela de Fráncfort se aprecia su desencanto  con el marxismo y denuncia a la sociedad occidental pues ésta destruyó su potencial emancipador. Denuncia la manipulación de la conciencia de las masas a través de los medios de comunicación pues ello dificulta el pensamiento crítico.

La nuestra es una época racional Adorno estudia la racionalidad moderna que se encuentra en los medios instrumentales y en la técnica y la ciencia, en la organización social que sirve a un fin, ¿pero es racional el fin?, se pregunta Adorno. Nos hemos centrado en el medio y el para qué es irracional y nos lleva al estalinismo y al nacismo que son fines profundamente irracionales. Escribe sobre filosofía de la nueva música y su obra Mínima moralia en 1951. Regresa a Alemania y reconstruye el instituto Fránkfort con otros investigadores que como él, deciden regresar. Otros ya no regresan. Demuestra hostilidad hacia el capitalismo y el socialismo. Pregunta cómo escribir poesía después de Auschwitz, es imposible, responde, porque la alta cultura no puede estar por encima de las vicisitudes materiales e históricas.

Hay disonancias, refiere, hace una metacrítica del conocimiento, notas de literatura y reflexiones tonales. Adorno abarca temas musicales, sociológicos y de la complejidad de la realidad que no se agotaba. Todavía en 1966 habla sobre la dialéctica negativa, donde rechaza a Hegel y observa un callejón sin salida en el mundo moderno donde la dialéctica encubre una voluntad burguesa de dominio. Ninguna teoría escapa al mercado, argumenta. Los objetos no se reducen a su concepto. El destino de todo concepto es su agotamiento. Defiende una negación irracionalista pues se debe ir más allá del concepto por medio del concepto.

Adorno fue un destacado pensador de reflexión de la industria cultural y de los medios de comunicación de masas que tienen lo bueno y malo en su influencia a la cultura  que era sólo de acceso para pocos antes y hoy todos tenemos acceso. Este es un progreso con costos, ¿qué perdemos? En el camino la crítica y posibilidad revolucionaria se domestican y se manipula a las conciencias. En radio, cine y televisión pasa esto, nos dice Adorno y tampoco le gustan los fenómenos como el jazz. Rechaza todo eso. Muere por un ataque cardíaco. Su Pensamiento crítico lo defendió hasta el final. Nos concientizó sobre los efectos negativos de la industria cultural que promete felicidad plena en productos que son artículos de venta. Las obras de arte son manipuladas, nos dice Adorno y estas son la representación de la cultura, la burocracia y la tecnocracia; no hay libertad-

Sus obras completas con 20 volúmenes de arte y cultura son denunciadoras y críticas de la modernidad. Nos dice también que el goce individual se cede a la apariencia social de este goce.

La investigación en Adorno nos da una visión sofisticada de la realidad moderna, une al marxismo con la psicología y la fenomenología. Sin embargo, hoy nos queda ya un poco atrás pues resulta algo elitista entre otros. Hay un tono de desdén y elitista en su critica que no es positivo. Es desprecio y altanería impide ver lo positivo de la comunicación. Pero definitivamente sí nos autocomprendemos mejor con su pensamiento crítico.

Levinas no parece interesarse en las distorsiones de los medios de comunicación de masas pues me parece que los ve parte del reflejo social de un egoísmo exacerbado. El aspecto elitista de Adorno parece totalmente ajeno a Levinas quien pugna por la justicia social y el trato de respeto y de escucha a todo otro. Dentro de su figura de investigador, en su estudio, Adorno parece olvidar al hombre dentro de sus reflexiones y críticas sociales abstractas. Además, ese regreso a Alemania nos deja un sabor elitista de las ideas de cultura superior alemana que él mismo critica, como si al final, tampoco logró despegarse de esa parte.



Busco escapar de lo que yo misma critico y construir 
nuevas montañas en mi paisaje de fino discernimiento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario