Grace Nehmad

martes, 21 de julio de 2020

Sócrates y Levinas

Sócrates y Levinas

Sócrates es muy conocido y nunca escribió nada, se reclamaron muchas corrientes herederas de él, entre ellas las de Platón y Aristóteles, es enigmático. Platón lo hizo el protagonista de todos sus diálogos y Aristófanes le dedica las nubes donde aparece ridiculizado. Sócrates es imagen de contradicción en su figura, es el problema socrático en el hecho de que no tenemos textos de él.

El era de Atenas, un plebeyo. De hecho toma el oficio de su madre de comadrona como origen de aprendizaje y conocimiento. Era un gran conversador. Reunió a las grandes figuras de la época, era pesado e impertinente.

Lo acusaron de impiedad, de no creer en los dioses de la ciudad y de intentar introducir nuevos dioses; de corrupción a la juventud. Su juicio fue político y algunos nobles conservadores querían reprimirlo. Pero en el juicio eligió morir en la polis, “prefiero morir en Atenas que vivir exiliado”, dijo. Sócrates fue condenado y su condena marcó a Patón quién se alejó de Atenas y cuando regresó nunca aceptó ningún cargo político.

        A través de Platón la influencia de Sócrates queda incrustada en la historia de la filosofía. Casi 2500 años después Nietzsche dijo que él era el culpable de la decadencia de la sociedad occidental. Sócrates buscó una filosofía práctica y de justicia, del camino al bien y a la democracia; a la ética. Quizás no fue el primero, los pitagóricos lo buscaron así, pero su reforma ética de cambio por intelectualismo moral fue una diferencia importante que marcó a su pensamiento y legado. Él pensaba, si sabes qué es el bien ya lo llevas a cabo y de otra manera no puedes. Entonces, bien igual a conocimiento y mal a ignorancia. Para llegar a la virtud planteó un método dialéctico, pues primero debes destruir lo falso y después surge la verdad.

Dice: “sólo sé que no sé nada” (es su frase famosa e irónica), pero al menos soy consciente de mi ignorancia y el oráculo dijo, nos dice, que él era el más sabio. Se trata con su método de que el otro se desprenda de conocimientos falsos al demostrarle que lo que cree en realidad no es cierto. Plantea preguntas cortas y evidentes a sus alumnos para que ellos mismos lleguen a la verdad. Fue odiado por eso relativizaba y ridiculizaba el conocimiento de los demás. Dice que es como la embarazada que lleva a la verdad dentro, a su hijo, y la comadrona se lo extrae. El maestro debe extraer la verdad de dentro de sus alumnos y no es dar conocimiento, es dar a sus alumnos preguntas para que ellos lleguen a él. Conócete a ti mismo es su lema. Su voz interior era guía, era su dios y ese dios es la conciencia moral dicen hoy. Por ello pudo ser pensado como un liberador o como un poseído y por eso lo acusaron.

Aquí podemos ver los orígenes de un Heidegger que busca esa voz interior, al ser, sin importar nada más. También vemos los orígenes de la dialéctica de Hegel y las distorsiones que en esas búsquedas de la verdad y las demostraciones se han dado. Supuestamente el alumno llega a “la verdad” con las preguntas del maestro, como si existiera una sola verdad y el maestro, figura dominante, la conoce siempre.

Es cierto quizás como afirma Nietzsche que de este pensamiento se han dado varias distorsiones en el enfoque de vida de nuestras sociedades occidentales. Levinas estaría de acuerdo con Nietzsche me parece. Esa búsqueda de la voz interior como motor existencial no parece haber dado buenos resultados como se vio en la shoah, nos diría Levinas. El centro puesto en el otro, de ahí derivan para Levinas el hacer el bien y la justicia social y no en esa búsqueda engañosa de la verdad. Un Merleau Ponty, se opondría a estas verdades absolutas y enfoque de vida duales que terminan por rechazar y no incluir, acentuaría Levinas.



Integrar dualidades, más que comprendernos duales.

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