Sócrates y
Levinas
Sócrates es muy
conocido y nunca escribió nada, se reclamaron muchas corrientes herederas de
él, entre ellas las de Platón y Aristóteles, es enigmático. Platón lo hizo el
protagonista de todos sus diálogos y Aristófanes le dedica las nubes donde
aparece ridiculizado. Sócrates es imagen de contradicción en su figura, es el
problema socrático en el hecho de que no tenemos textos de él.
El era de
Atenas, un plebeyo. De hecho toma el oficio de su madre de comadrona como
origen de aprendizaje y conocimiento. Era un gran conversador. Reunió a las
grandes figuras de la época, era pesado e impertinente.
Lo acusaron de
impiedad, de no creer en los dioses de la ciudad y de intentar introducir
nuevos dioses; de corrupción a la juventud. Su juicio fue político y algunos
nobles conservadores querían reprimirlo. Pero en el juicio eligió morir en la
polis, “prefiero morir en Atenas que vivir exiliado”, dijo. Sócrates fue
condenado y su condena marcó a Patón quién se alejó de Atenas y cuando regresó
nunca aceptó ningún cargo político.
A través de Platón la influencia de
Sócrates queda incrustada en la historia de la filosofía. Casi 2500 años
después Nietzsche dijo que él era el culpable de la decadencia de la sociedad
occidental. Sócrates buscó una filosofía práctica y de justicia, del camino al
bien y a la democracia; a la ética. Quizás no fue el primero, los pitagóricos
lo buscaron así, pero su reforma ética de cambio por intelectualismo moral fue una
diferencia importante que marcó a su pensamiento y legado. Él pensaba, si sabes
qué es el bien ya lo llevas a cabo y de otra manera no puedes. Entonces, bien
igual a conocimiento y mal a ignorancia. Para llegar a la virtud planteó un método
dialéctico, pues primero debes destruir lo falso y después surge la verdad.
Dice: “sólo sé
que no sé nada” (es su frase famosa e irónica), pero al menos soy consciente de
mi ignorancia y el oráculo dijo, nos dice, que él era el más sabio. Se trata
con su método de que el otro se desprenda de conocimientos falsos al demostrarle
que lo que cree en realidad no es cierto. Plantea preguntas cortas y evidentes
a sus alumnos para que ellos mismos lleguen a la verdad. Fue odiado por eso
relativizaba y ridiculizaba el conocimiento de los demás. Dice que es como la
embarazada que lleva a la verdad dentro, a su hijo, y la comadrona se lo extrae.
El maestro debe extraer la verdad de dentro de sus alumnos y no es dar conocimiento,
es dar a sus alumnos preguntas para que ellos lleguen a él. Conócete a ti mismo
es su lema. Su voz interior era guía, era su dios y ese dios es la conciencia
moral dicen hoy. Por ello pudo ser pensado como un liberador o como un poseído
y por eso lo acusaron.
Aquí podemos
ver los orígenes de un Heidegger que busca esa voz interior, al ser, sin
importar nada más. También vemos los orígenes de la dialéctica de Hegel y las
distorsiones que en esas búsquedas de la verdad y las demostraciones se han
dado. Supuestamente el alumno llega a “la verdad” con las preguntas del
maestro, como si existiera una sola verdad y el maestro, figura dominante, la
conoce siempre.
Es cierto
quizás como afirma Nietzsche que de este pensamiento se han dado varias
distorsiones en el enfoque de vida de nuestras sociedades occidentales. Levinas
estaría de acuerdo con Nietzsche me parece. Esa búsqueda de la voz interior como
motor existencial no parece haber dado buenos resultados como se vio en la shoah,
nos diría Levinas. El centro puesto en el otro, de ahí derivan para Levinas el
hacer el bien y la justicia social y no en esa búsqueda engañosa de la verdad.
Un Merleau Ponty, se opondría a estas verdades absolutas y enfoque de vida
duales que terminan por rechazar y no incluir, acentuaría Levinas.
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