Grace Nehmad

lunes, 8 de junio de 2020

Jean Jacques Rousseau, aún no hemos conseguido la revolución que propusiste


Jean Jacques Rousseau y su vigencia

Rousseau era contractualista como Hobbes y Locke pero con un matiz diferente. Nace en 1712 para ubicarnos en su época e inspira la revolución francesa con sus ideas de igualdad entre los hombres. Fue músico, peregrino, político. Sus discursos sobre el origen de la desigualdad entre los hombres tienen gran influencia. Para Rousseau en el estado de la naturaleza el hombre es un animal puro y solitario que responde a sus instintos. Su estado natural es previo a la civilización. Seguir al hombre natural sería lo adecuado, no intervenir, dejarlo madurar, Fue padre de cinco hijos y los mandó a un orfanato, es dual esta situación y se le critica. Sostiene que la educación debe ser divertida, con curiosidad y juego y no debemos aburrir a los niños. Ya habla de la importancia de un cuerpo fuerte igual que la mente, y de educar conforme a la verdad de las cosas, no mentir. Para Rousseau el maestro le debe mostrar el camino al niño e inspirarlo, así, él buscará y querrá aprender por sí mismo. El niño no es ni bueno ni malo y no tiene vicios. El ser humano integrado a la naturaleza era superior a los demás animales. Su estado intermedio se ubica entre el estado natural y el civilizado. El estado intermedio es el más feliz de todos y ahí los hombres gozaban de sus relaciones inocentes y con la división del trabajo y la propiedad privada todo cambia. El hombre se corrompe por los explotadores del pueblo. Y el contrato social es un pacto entre los hombres que debe instaurar un estado justo con igualdad entre los hombres. Con el contrato social se terminan las desigualdades y se da una sociedad civil con libertad individual. Para él, la libertad es voluntad de decidir y actuar entre todos. Se dejan de lado los impulsos físicos en beneficio de la voluntad general. Debo respetar los derechos de los demás.

            Su pensamiento relativo a la educación tiene mucha influencia a pesar de su historia personal o quizás debido al abandono que ejerce como padre lo motiva a dar de otra manera. Su obra es pedagógica, como tutor también fracasó. Rousseau piensa que todo lo hizo perfecto Dios. El hombre en cambio, todo lo echó a perder. Alteramos todo, mutilamos y nos revelamos contra la ley natural; así, es muy negativo el progreso. La naturaleza es la que hará feliz al ser humano. Es que el niño viene bueno para hacer sociedades solidarias e igualitarias, nos diría Rousseau, pero la sociedad está respaldada por principios egoístas y lo corrompe.

            El niño es bueno y puede cambiar. El Estado forma al niño como él cree, su punto de vista es capitalista y utilitario. Podrá ser mejor el niño si se da un libre desarrollo de esa naturaleza sin imposiciones. Dejemos que el niño descubra, propone Rousseau. El gran principio educativo es la afirmación de que ésta debe estar al servicio del niño natural. La educación es guía sin tendenciar a sus estudiantes. Cada uno se vuelve original y descubre lo suyo con dinamismo interior individual. La educación primera debe ser negativa, el maestro preserva al niño y que él descubra. Debemos de no hacer nada y que el niño descubra solo y se tornaría en el más sabio de los hombres.

Enfants. 1942. William H. Johnson. MoMa

            Me parecen muy interesantes las aportaciones de Rousseau y vigentes. Les veo su semilla en muchas áreas de nuestro desarrollo en donde se pueden aplicar, en especial en educación. Añoro la idea del estado natural, del desarrollo de cuerpo y mente, del descubrimiento individual, del contrato, de la libertad, del poder escapar a un progreso que mutila, distorsiona y corrompe en función de intereses creados.

            Por eso estas ideas de Rousseau influyeron la revolución francesa, siento la elevación espiritual a la cual nos empujan. Y sin embargo, me impresiona su vigencia. Ni se diga en educación en donde se han desarrollado todo tipo de técnicas educativas para respetar el estado natural de los niños, su curiosidad e inspiración, su juego.

            Lo malo es que no hemos dejado de corromper y mutilar, de dejar al cuerpo de lado, de hacer dominar a la razón y no al corazón o a la inspiración natural interior, virgen y sabia. ¿Cómo seremos realmente capaces de poner nuestro egoísmo de lado? El coronavirus mismo es muy posible que surge como una plaga que hemos propiciado nosotros mismos y ni así logramos avanzar en conciencia. Me pregunto qué podrá hacernos reaccionar pues las ideas ya están presentes desde hace siglos y no conseguimos rescatarlas e implementarlas de manera decidida. Pero no debemos perder la fe. Un hombre nuevo nacerá y hará valer estas ideas que hoy permanecen como una utopía.


En el estado de naturaleza
podemos ser todos los colores que vinimos a manifestar
antes de que la sociedad nos oprima y corrompa.
Regresar al paraíso es quizá la única solución realista que promete redimirnos.

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