Grace Nehmad

miércoles, 17 de junio de 2020

Buber y Levinas

Buber y Levinas

Los nadies son más bajos, sin nombre, son números, hacen artesanía y no arte, cancioncillas y no canciones. La violencia está asociada a la perpetuación de un sistema de dominación. ¿Qué es el otro en este esquema? A ello buscan responder Levinas y Buber, ¿cuál su punto de encuentro y tensión entre estos autores?

Sus filosofías son de encuentro y diálogo. Ambos tratan de descubrir el sentido del ser humano.

Destacan tres elementos medulares en sus propuestas:

1-La religión judía. Para Buber el enfoque  es misticismo-existencial y en Levinas es un enfoque mesiánico-ortodoxo.

2-Buber habla de reciprocidad, Levinas habla de asimetría y exterioridad.

Buber escribe con metáforas, Levinas es racionalista en su interpretación de la Torá.

Buber critica la dialéctica de Hegel, traduce el Tanaj. Levinas está de acuerdo en dicha crítica y para recurrir al texto bíblico sí toma elementos de Buber y reconoce su influencia.

3-El otro, la Shoa los marca y más a Levinas que a Buber. Buber migra a Palestina y está inmerso en los inicios de Israel y Levinas se queda en Francia y su esposa e hija casi mueren de no ser resguardadas en un monasterio.

Ambos autores entonces como tercer elemento llaman al reconocimiento del otro, al dialogo y a la responsabilidad. Proponen una visión esperanzadora y el establecimiento de una nueva civilización. Visión judía dotada de un cara a cara levinasianoque para Buber sería el encuentro tú-yo.

La visión antropológica buberiana plantea a una objetivación de la realidad, la persona es objeto y esa es la crisis del sistema moderno, porque el hombre ha sido llevado a la categoría de objeto. El mundo que ha creado el hombre se ha tornado en su contra.

         En la técnica, en la plusvalía y en los intereses egoístas que prevalecen  sobre la comunidad como es el caso del fascismo, el ser interior del otro se pierde. Buber propone el diálogo. La existencia nos dice, se da de diferentes maneras, en la existencia con experiencia se puede poseer y manipular pero no debe hacerse con intereses egoístas. En el yo-tú, el dialogo es con llamado de respuesta y responsabilidad, el hombre no es individuo, es relación. Entonces en un primer nivel de relación en el yo-tú se da en el hombre con relación a la naturaleza. En un segundo nivel se da la vida del hombre con los hombres en aceptación y reconocimiento. En el tercer nivel, se da la relación con los elementos que se escapan a la razón y a la objetivación, el tú es voz muda en este caso. La relación tú-yo puede elevarse a un tercer nivel en amor al prójimo. En un abrazo trato de aproximar al tú dejando de lado al yo narcicista y se convierte en un yo atento al diálogo. Se abre y permite el diálogo.

         En Levinas,  con su filosofía hace una crítica al siglo veinte que dice que elimina los valores sensibles y nos enfrentamos a una existencia con culto a las libertades pero sin mediación del otro y es libertad aparente lo que conseguimos. En cho siglo, se considera al ser humano como un proletario incapaz de enfrentar la vida. El ser es ególatra y vive para la muerte. Ha vivido en autonomía falaz que no me permite reconocer al otro.

         En la huella del otro, Levinas explica que Ulises quiere poder y gloria, sale para sí y Abraham sale desde el desierto y escapa, sale de sí para su pueblo, abierto a relaciones y para el otro. La epifanía del rostro es huella y me permite salir al infinito con responsabilidad por el otro. Es alteridad. Salgo de mí a lo totalmente extraño que me responsabiliza y abre a recibir y atender al extranjero. Por eso hablamos en Levinas de exterioridad.

         Vamos a ver ahora los puntos de inflexión entre ellos. Levinas dice que Buber no atiende en su diálogo al otro. Buber le dice que no ha comprendido esa relación y diálogo. Gracias en hebreo quiere decir reciprocidad sostiene Buber y en ello se basa su filosofía. Levinas le critica que no atiende a lo particular y Buber dice que cuando todos estén bien alimentados y vestidos se verá el verdadero camino ético.

         Son dos profetas del siglo veinte y los dos buscan una nueva civilización que responda con ciertos matices particulares para aproximar al otro.

         Me encantan sus propuestas y veo las evasiones en las cuales podemos caer en ambas. Sostengo que es muy bueno combinarlas y checar desde cada perspectiva que no nos estemos evadiendo. Desde la levinasiana, podemos caer en una relación de superioridad asimétrica que no reconozca realmente al otro. Desde un lugar de superioridad te hago el favor de ayudarte… también podemos desatendernos por supuestamente atender al otro. En Buber podemos evadirnos en un intercambio de favores que no reconozca realmente al otro o esperando a que todos estemos vestidos y alimentados, perder el camino, esperar sentados. No creo que sea posible ayudar sensiblemente al otro sin un dialogo interior intenso. Pero en el diálogo que propone Buber, pienso que la motivación central debe ser asistir al otro y no caer en el beneficio e intereses personales. Por otro lado, por qué no aceptar la posibilidad de elevarte con el otro si ello no fue lo que motivó el encuentro es válido y deseable, pues Levinas no permite que el yo tenga ninguna retribución del intercambio con el otro y sí me parece algo extremista.

         Pienso que debemos tejer fino y encontrar partes de estas propuestas en los encuentros con todo otro y en todos los niveles que propone Buber para lograr la nueva civilización soñada.

Nueva civilización con todos los niveles de relación, centrados en el otro, en su llamado y responsabilidad. Dos grandes profetas que debemos escuchar al actuar en este mundo en amor al prójimo.


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