Obra y expresión
En “Totalidad e infinito”, nos dice Levinas, las cosas se manifiestan como respondiendo a una pregunta en relación con la cual tienen un sentido. A esta investigación corresponde un contenido sensible o intelectual, un entendimiento del concepto. El autor de la obra es contenido y no puede desprenderse del contexto y responde a su lugar en el sistema. Están el ser y el siendo y sus categorías y el deseo y todo se mezcla y juega con un qué y un cuándo hasta ordenarse y relacionarse adecuadamente para responder. Se pregunta a un rostro. Los ojos te miran y exigen respuesta. Busco así la idea del infinito en mi realidad. Esta relación ya consiste en servir a todo otro y a Dios. La muerte es miedo quizás a las responsabilidades que son muchas. El deseo que fue el comienzo de esta pregunta, está más allá de la satisfacción y sabe postergarla. Sin embargo, pienso que debemos tener presente la sensación de satisfacción del deseo para saber responder en su momento y postergar pero sí buscar la sensación en cuestión, sensación que promete ya la necesidad futura. Es un juego de estar en el contexto y salir para saber mirar. Se tejen las redes y se avanza más allá de ellas, pero en permanencia. Somos piezas de la obra para aprender a responder a todo otro en amor.
Ser piedra que viaja y permanece para servir
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