Perashá Shemini
Levítico 10:1
Y tomaron Nadab y Abiú, hijos de Aarón, sendos incensarios donde pusieron incensarios donde pusieron incienso no prescripto y presentaron así un fuego extraño al Eterno. Entonces salió un gran fuego del Eterno que los consumió, muriendo así ante el Eterno… Y Aarón permaneció silencioso.
Es muy fuerte este pasaje pues nos muestra que hay acciones que no tienen ninguna tolerancia y deben ser cortadas al instante sin más y que ante ellas el dolor de un padre es tal que sólo quedan el silencio y la aceptación pues Él manda y decide este juego de la vida y estamos aquí para servirLe y ayudarLe y a menudo lo olvidamos.
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