Grace Nehmad

lunes, 15 de abril de 2024

Reconocer al otro

 En el fenómeno y el ser en Totalidad e infinito, nos dice Levinas, la interioridad es libre y la exterioridad la limita y se concilia en el hombre abierto a la enseñanza.  La idea del infinito es transmitida al alumno quien dibuja en su interior el exterior. Las reglas del discurso se aceptan y de ahí se logra el diálogo en la enseñanza. El hombre en éxtasis puede ignorar su fenomenología, nos dice Levinas, y se antepone la relación. La lógica formal no explica la relación nueva que se desprende del diálogo en la enseñanza y se voltea la relación de lógica formal, se abre el alumno al igual que el maestro y se proyectan desde plan inicial de trabajo. El fenómeno, nos dice Levinas, es el ser que aparece y permanece ausente. El ser no se presenta a su revelación hasta que aparece la palabra. El ser es un mundo donde se habla y del cual se habla. La sociedad es la presencia del ser. El lenguaje es la única posibilidad de existir del ser. La obra es la distancia entre el hombre muerto y el vivo dice Levinas, me parece también que es puente. También la historia lo mira y mide a través de su obra, de manera objetiva, en su herencia. Pero en el cara a cara lo importante no es buscar el reconocimiento del otro, sino, reconocerlo, estar en sí mismo es servir al otro y ser bueno nos dice Levinas.

Me parece muy importante todo ésto pues una parte es la obra y la herencia que se deja y otra tender puentes en vida para reconocer al otro y servirlo, hacer válida en el diálogo y la enseñanza, en bondad, esa obra que nos trasciende.


Reconocer al otro y servirlo desde la palabra y acción

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