Como médico o maestro debes buscar normalizar la vida y tratar de intervenir para equilibrar el mundo. Hay pérdidas y se trata de dar fuerza y límite. La medicina y la medicina de la vida necesitan clínica práctica y teórica. El poder curador de la biología tiene normatividad. La relatividad tiene límites. Hay una normalidad y una patología. Hay una fuerza espontánea de curación y se da entre los límites de lo biológico y patológico. La objetividad se transforma en relación con el paciente o alumno. Me parece que todos somos enfermos y pacientes, maestros y alumnos y somos en relación con todo otro. La curación es relativa también a la relación. Creo que necesitamos actuar en conciencia y aprender a curarnos, también a reinventarnos. Importan mucho nuestras interpretaciones y reinterpretaciones de la vida. Tenemos deseos de vida y de vida sana y entran en juego con los afectos y las patologías. Intervienen en nosotros alertas de estados de humor y perspectivas de vida. Necesitamos vernos como un todo y vernos más allá de nuestras carencias. Conocer nuestros puntos de apoyo es muy importante y desarrollarnos desde ahí. Analizar todos nuestros colores es importante y saber equilibrarnos con paciencia entre la vida y la muerte, la salud y la enfermedad. Tenemos derecho a ser y a compartirnos como tengamos ganas de hacerlo. No son temas fáciles y hay juegos de poder, de acción y dominación. Podemos aceptarnos y sabernos con posibilidades de cambio y acción.
Te ves en colores rosas y te aceptas para sabarte en reinterpretación
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