Pirké Abot,
Perek 4, Mishná 22
Él solía decir: Los que nacieron han de morir y los que han muerto han de resucitar; y los que están vivos han de ser juzgados. Para que sepan, den a conocer y sean conscientes de que Él es el Eterno, Él es el Hacedor, Él es el Creador, Él es el que discierne, Él es el Juez, Él es el testigo, Él es el litigante y es Él, quien convocará en el futuro al juicio. Bendito sea Aquel ante Quien no existe ni iniquidad, ni olvido, ni favoritismo, ni soborno; pues todo a Él le pertenece. Sepan que todo está según Su cálculo. Y no dejes que tu impulso te asegure que la tumba es un lugar de refugio para ti; pues contra tu voluntad fuiste formado, [contra tu voluntad naciste], contra tu voluntad estás vivo, contra tu voluntad morirás y contra tu voluntad en el tiempo venidero serás juzgado, y rendirás cuentas frente al Rey de reyes, el Soberano de todos los emperadores, el Santo Bendito es.
Esta Mishná evoca al mismo tiempo, el pasado que precedió a nuestra llegada al mundo, y el porvenir más lejano, el que nos espera más allá de nuestra breve vida terrenal. El hombre debe tener consciencia plena de que no solamente el mundo tiene un Hacedor, sino que tiene un Juez, quien eternamente está al corriente de todo acto, todo pensamiento. Todo será convocado ante Su tribunal, incluso los actos que están totalmente ocultos, tanto si fueron buenos o lo contrario.
“El corazón del hombre elige su camino, pero el Eterno dirige sus pasos”.
Me gusta pensar así como lo marcan en musarito semanal pues se va complicando todo mucho al madurar, con la edad. y nos damos cuenta que la vida es cada vez más compleja y sus grandes nudos no se resuelven. ¿Qué podemos contra la maldad y las guerras? Y pues con fe que quizá desde lo muy pequeño y con el corazón en la mano con una palabra logremos cambiar mucho y ayudar mucho, no dejemos de dar ni de buscar.
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