Escritos
Mishlé 14:3
La boca del necio esconde un orgullo tan erguido como una vara, pero, al sabio, sus labios lo preservan… Aléjate del hombre necio y no desconocerás lo que profieren los labios del conocimiento.
Busquemos estar cerca de las relaciones que nos hacen bien, que nos hacen crecer, sepamos reconocer su sabiduría y que nuestras almas se desarrollen en ella siendo en cercanía y amor.
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