Éxodo, Beshalaj 15:1
Entonces Moisés y los hijos de Israel entonaron este cántico al Eterno, diciendo:
“Cantaré al Eterno, exaltando Su grandeza. Al caballo y al jinete arrojó al mar.
Mi fortaleza es el Eterno, es mi gloria, El es mi salvación. Es mi Dios y como tal Lo alabaré. Es el Dios de mis padres y como tal lo ensalzaré…
¿Quién como Tú, entre los dioses, oh mi señor? ¿Quién como Tú, inmenso en santidad. El más digno de alabanzas y hacedor de milagros…
Y llegaron a Elim donde había doce fuentes de agua y setenta palmeras, y acamparon allí junto a las aguas.
El canto de agradecimiento es inspirador y nos llena de luz al imaginar ese momento y nos inspira a esperar los milagros de la vida, incluso los cotidianos en agradecimiento y a cantar la vida lo más posible llenos de alegría, en humildad, en unión con la mirada y corazón de todo otro.
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