Bereshit 1:1
En el principio Dios creó los cielos y la tierra. Pero la tierra estaba desolada y vacía: las tinieblas estaban sobre la faz del abismo y el espíritu de Dios revoloteaba sobre la superficie de las aguas. Y dijo Dios: « Que haya luz » y hubo luz.
La luz nos ilumina todos los días. Veo el amanecer y la agradezco e imagino el espíritu divino que aleja toda oscuridad y nos brinda su luz. También dentro podemos atraer la luz divina y llenarnos de ella, ser para servirLe y a todo otro en amor.
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