La complejidad de la lengua francesa la hace tener
faltas y hasta los cultos las hacen. Lo mismo aplica a toda lengua y es muy
importante corregirnos al expresarnos. Mi lengua materna, el español, la
encuentro menos compleja que el francés, y su simpleza me atrae, la vuelve más
humilde y directa en este sentido. Debemos pulirnos en las lenguas que
utilicemos en especial, para expresarnos, para reflexionar, para comunicar, sea
lengua madre o adquirida por distintas razones. Ser claros y directos es
importante. Los adornos en las lenguas son muy hermosos y poéticos también. Es
hablar en síntesis, pero quizá también expandirnos y llenarnos de la vibración
de las bellas palabras. Es saber cómo y cuándo. Siempre reflexionar para
corregirnos y decir mejor cuanto queremos decir y comunicarnos para ayudar más
y mejor. La lengua es vínculo que aproxima corazones y elimina el polvo
estancado en los puentes de comunicación cuando está bien utilizada. Por ello,
regresemos a ella en atención y cuidado para que cumpla su función y sea
herramienta y ayuda y nunca distorsión. Remediamos situaciones a través de la lengua,
en su uso preciso, en su momento adecuado. Materialicemos a través de ella. Asistamos a todo otro más y mejor.
Haré un juego de palabras poético para
meditarlo, es una extraña ensalada.
Ayer fui y no estuve porque no dije lo que
debía decir. Estemos siempre presentes y digamos pues para ello estamos. En el
día del día, en un apartado es aparte, no es digresión. El restaurante del que
te hablé, dije mucho sin decir. Es de ésto de lo que se trata y no de
distraernos. Es ausencia de memoria. Y todo lo demás que no digo Es de repente.
Cambiar todo, corregir y recomenzar.
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