Nietzsche está en constante búsqueda y es autocrítico. Rechaza las ilusiones falsas y cree en las interiores, las auténticas. Las falsas se nos pegan de ideales sociales de modelos exteriores de felicidad y además huye de lo dogmático y de la falsa moral. Se rebela en todo momento y busca revelarse y ser él mismo. Me apasionan estas ideas y simpatizo con ellas y con los universos auténticos que me abren. También con la revelación y creatividad que busca. No estoy de acuerdo en que busca liberarlo todo, pues no creo que todo es bueno. Por ejemplo, cuando pinto, es liberar el interior y después decidir qué se queda y qué, no. Incluso al copiar un paisaje, mis maestros me recomendaron no quedarme con todo lo que veo. No porque esté ahí necesariamente entra en tu composición y debes cuestionarlo todo. Mi composición también es mi vida y debo decidir que va dentro y ser autocrítica y auténtica. Y en este punto entra la importancia del discernimiento para ir hacia el camino del bien y ayudar más y mejor a otros. Es verdad que las falsas ilusiones entorpecen y nos llevan a malos sitios, lugares que no son para nosotros. Debemos escapar de la dictadura del ‘nosotros somos’ decía Heidegger, pero equivocó su camino y para mí Nietzsche también pues no es egoísmo ni hedonismo totales, les faltó Levinas para ver por el otro antes que nada. Nunca olvidar que el otro es nuestra misión existencial. Que somos sus rehenes y estamos aquí para asistirlo. Así, siempre, en nuestra composición debemos decidir nosotros desde dentro en autenticidad para servir el rostro de todo otro que nos interpela.
Elegir desde dentro y para todo otro
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