Grace Nehmad

lunes, 24 de agosto de 2020

Sartre en Huis

En la obra Huis clos, a puerta cerrada, Sartre quiso poner a tres personajes eternamente juntos para representar que nuestras ideas sobre los juicios de otros sobre nosotros son la causa de sentirnos en el infierno y permanecer en él, si nos quedamos ahí lo hacemos de manera voluntaria. Necesitamos romper el cuadro que nos mantiene presos de los prejuicios de los demás. Ahí radica nuestra libertad. No podemos quejarnos de nuestro destino porque éste se encuentra en nuestras manos. La obra me resulta escalofriante porque se resiente la sensación de eternidad que se genera y los personajes se sienten presos y gritan y ríen en una conversación eterna como nos pasa a todos en la vida en etapas y conversaciones, en relaciones negativas que nos parecen eternas con ciertos personajes. Pero somos nosotros los responsables de nuestras elecciones y si nos quedamos en un cierto entramado negativo es por nuestra propia decisión. Así nos invita Sartre a cambiar nuestras lecturas e interpretaciones de vida, las lecturas que otros hacen de nuestra vida y de los que somos y así podemos cambiar nuestro destino. Levinas no presta ninguna atención a esra parte de la vida. Para él se trata de actuar ayudando al otro y le tiene sin cuidado lo que piensen de él, pues él sigue la ley divina y se sabe en el camino del bien mientras sus esfuerzos se dirijan a la ayuda del otro. La violencia y el infierno para él vienen a la mente humana cuando es egoísta y una manera de egoísmo es preocuparse por lo que piensen los demás de mí, de mis actos porque no debo gastar mi energía en ello sino en ayudar al otro en todo momento. Yo no tengo ninguna importancia, sólo estoy aquí para asistir al otro que me lo pide a través de la mirada, de su rostro vulnerable.

Cómo miramos nuestras estrellas, nuestro universo? Estamos aquí para ayudar a otros en amor, eso no significa seguirles la corriente, a veces es confrontarlos, sacudirlos.

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