Buber y dos
formas de relacionarnos, su contraste con Levinas
Martín Buber es
representante del existencialismo y proviene de la población judía, defiende su
subsistencia en el nazismo a través de la oficina central de asistencia judía.
Nos habla en su
obra de la dualidad del ser humano, de su aislamiento que lo aleja de una relación
con el otro en genuino encuentro único.
Buber propone una terapia existencialista de
encuentro interpersonal. Él es aestetico y existencialista como Kierkegaard, él
movido por el judaísmo y Kierkegaard por el cristianismo.
Nos habla de dos
formas de abordar al mundo:
De modo
objetivante, es un acercamiento manipulador y se busca sacarle algo al objeto o
persona cosificada, implica un lenguaje utilitario.
El modo espiritual,
reconoce al otro y es recíproco, en la relación hay presencia y reconocimiento;
es un modo que desafortunadamente es más raro.
Experimentar es
fenomenológico, pero para él es exterior o interior este punto y la relación
con el otro debe ser intermedia, ni exterior ni interior es en cambio presente y
espontánea.
A menudo nos
sentimos manipulados es muy humano pero debemos interactuar de otras maneras tal
como nos propone Buber.
¿Cómo ya no
usar al otro? Es aproximarse en mutualidad, de manera recíproca y puedes así ver
al otro con todo tu ser, el otro también, te ve así. ¿Con todo lo que soy veo? ¿Alguien
te ve en verdad en la vida en profundidad? La verdad es que no nos vemos ni
comprendemos, nos juzgamos y nos equivocamos en nuestros juicios. Objetivamos a
los otros, estamos en un teatro y es raro que te penetren y penetres en el
otro.
Con la cosa la
relación es para Buber del pasado y no del presente. Cuando penetras no es
tener cosas nos dice Buber, es estar en cero para el otro no es tener objetos,
es estar para el otro, y lanzar tu ser hacia el otro. No es fusión total
tampoco, es intermedio y balanza, retienes quien eres, próximo y distante, es en
el presente o no pasa.
Este modo de relación con el mundo es el centro
de todo arte y creatividad, involucra a todo el mundo, es ser viviente y no objeto.
La espiritualidad está muy presente en este modo
de relacionarnos, es decir “aquí estoy” a la vida y para tantas relaciones nos
ayudaría, como con la naturaleza, para no verla como objeto y cambiar nuestra
humanidad.
Para Buber Dios es el eterno otro, en él las líneas
paralelas de relación se encuentran, es ilimitado, se trata de decir Dios sin
decirlo. El modo de relación presente es una forma indirecta de llevarse y
abordar a Dios al estar. Estar así es la referencia divina real. Y así incluso un
ateo que se relaciona en presencia, puede ser más espiritual que un creyente
que se relaciona como objeto.
La melancolía existencial para Buber nos viene
porque no nos mantenemos presentes y es lo triste. La cosa nos llama muy
fuerte. Se puede vivir en el objeto o la cosa toda la vida, es condena.
En cambio, nos dice Buber, en voluntad y
gracia, es estar presentes. El momento aparece, es como dar en un momento que se te otorga y
tienes que escoger tomarlo y estar ahí para que suceda. Si ves a alguien , él
también te ve. Pero si quieres controlar, no pasará nada.
Se te da y escoges en pasivo y activo a la vez.
En cuanto a nuestro desarrollo , Buber piensa
que cuando somos niños estamos abiertos a las relaciones en presencia y
aprendemos el estado objetivante, inhibiendo nuestro estado natural de dar. Debemos
pues recuperar lo perdido desde el origen, romper con lo social y cultural que
nos cosifica. Para la psicología sería regresar al otro y reconocerlo, en
presencia, por eso Buber es aestético y existencialista.
Me
parece que Levinasvería el estado de cosa como el del egoísmo y el modo
presente cuando te acercas al otro para asistirlo, pero para Levinas no hay
intermedios, eres en función del otro porque de otra manera buscas
gratificación y ello te empuja a la relación utilitaria de nuevo. ¿Dónde podemos
realmente lograr lo que propone Levinas? Para mí es ir un paso más lejos que
Buber con un matiz sutil que nos eleva aún más, nos empuja a una intención más
pura y desinteresada pues nada buscamos sacar del otro. Claro se puede
cuestionar que hasta ayudar causa satisfacción y beneficio, creo que Levinas
diría que es un agregado y no la dirección e intención del acercamiento al
otro.
Lo
que me queda claro es que en cualquier nivel, al menos es este plano terrenal,
por más elevado que parezca el acercamiento al otro, debemos trabajar en
purificar nuestras intenciones.
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