Grace Nehmad

miércoles, 26 de agosto de 2020

Buber y Levinas

 

Buber y dos formas de relacionarnos, su contraste con Levinas

Martín Buber es representante del existencialismo y proviene de la población judía, defiende su subsistencia en el nazismo a través de la oficina central de asistencia judía.

Nos habla en su obra de la dualidad del ser humano, de su aislamiento que lo aleja de una relación con el otro en genuino encuentro único.

Buber propone una terapia existencialista de encuentro interpersonal. Él es aestetico y existencialista como Kierkegaard, él movido por el judaísmo y Kierkegaard por el cristianismo.

Nos habla de dos formas de abordar al mundo:

De modo objetivante, es un acercamiento manipulador y se busca sacarle algo al objeto o persona cosificada, implica un lenguaje utilitario.

El modo espiritual, reconoce al otro y es recíproco, en la relación hay presencia y reconocimiento; es un modo que desafortunadamente es más raro.

Experimentar es fenomenológico, pero para él es exterior o interior este punto y la relación con el otro debe ser intermedia, ni exterior ni interior es en cambio presente y espontánea.

A menudo nos sentimos manipulados es muy humano pero debemos interactuar de otras maneras tal como nos propone Buber.

¿Cómo ya no usar al otro? Es aproximarse en mutualidad, de manera recíproca y puedes así ver al otro con todo tu ser, el otro también, te ve así. ¿Con todo lo que soy veo? ¿Alguien te ve en verdad en la vida en profundidad? La verdad es que no nos vemos ni comprendemos, nos juzgamos y nos equivocamos en nuestros juicios. Objetivamos a los otros, estamos en un teatro y es raro que te penetren y penetres en el otro.

Con la cosa la relación es para Buber del pasado y no del presente. Cuando penetras no es tener cosas nos dice Buber, es estar en cero para el otro no es tener objetos, es estar para el otro, y lanzar tu ser hacia el otro. No es fusión total tampoco, es intermedio y balanza, retienes quien eres, próximo y distante, es en el presente o no pasa.

Este modo de relación con el mundo es el centro de todo arte y creatividad, involucra a todo el mundo, es ser viviente y no objeto.

La espiritualidad está muy presente en este modo de relacionarnos, es decir “aquí estoy” a la vida y para tantas relaciones nos ayudaría, como con la naturaleza, para no verla como objeto y cambiar nuestra humanidad.

Para Buber Dios es el eterno otro, en él las líneas paralelas de relación se encuentran, es ilimitado, se trata de decir Dios sin decirlo. El modo de relación presente es una forma indirecta de llevarse y abordar a Dios al estar. Estar así es la referencia divina real. Y así incluso un ateo que se relaciona en presencia, puede ser más espiritual que un creyente que se relaciona como objeto.

La melancolía existencial para Buber nos viene porque no nos mantenemos presentes y es lo triste. La cosa nos llama muy fuerte. Se puede vivir en el objeto o la cosa toda la vida, es condena.

En cambio, nos dice Buber, en voluntad y gracia, es estar presentes. El momento aparece, es  como dar en un momento que se te otorga y tienes que escoger tomarlo y estar ahí para que suceda. Si ves a alguien , él también te ve. Pero si quieres controlar, no pasará nada.

Se te da y escoges en pasivo y activo a la vez.

En cuanto a nuestro desarrollo , Buber piensa que cuando somos niños estamos abiertos a las relaciones en presencia y aprendemos el estado objetivante, inhibiendo nuestro estado natural de dar. Debemos pues recuperar lo perdido desde el origen, romper con lo social y cultural que nos cosifica. Para la psicología sería regresar al otro y reconocerlo, en presencia, por eso Buber es aestético y existencialista.

        Me parece que Levinasvería el estado de cosa como el del egoísmo y el modo presente cuando te acercas al otro para asistirlo, pero para Levinas no hay intermedios, eres en función del otro porque de otra manera buscas gratificación y ello te empuja a la relación utilitaria de nuevo. ¿Dónde podemos realmente lograr lo que propone Levinas? Para mí es ir un paso más lejos que Buber con un matiz sutil que nos eleva aún más, nos empuja a una intención más pura y desinteresada pues nada buscamos sacar del otro. Claro se puede cuestionar que hasta ayudar causa satisfacción y beneficio, creo que Levinas diría que es un agregado y no la dirección e intención del acercamiento al otro.

        Lo que me queda claro es que en cualquier nivel, al menos es este plano terrenal, por más elevado que parezca el acercamiento al otro, debemos trabajar en purificar nuestras intenciones.




 Poder ser en el otro, espejearse, intercambiar, nos dice Buber.

Hacer lo mismo pero con la clara intención de ayudarlo nos pide Levinas. El intercambio se potencializa.

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