Nietzsche y
Levinas
Nace en 1844 y
muere en 1900. Es maestro de la sospecha, bajo la modernidad hay resentimiento
de la vida, éste es su planteamiento. Freud y Marx son los otros dos maestros
de la sospecha cada uno con su teoría.
No sistematizó
su pensamiento, pero encontramos dos ejes importantes a pesar de todo.
Uno en la filosofía
del martillo, atacando el edificio del saber tradicional. Critica a la cultura
decadente que para él comienza con Sócrates quien es culpable de confundir el pensamiento
occidental.
Los valores de Sócrates
en espíritu dan valor a la razón en Apolo y Dionisio da valor a la vida,
rezagada según Nietzsche en nuestra modernidad. Sócrates dividió estos aspectos.
Platón se recargó más en la razón y el cristianismo en la fe que consideró superior,
para Nietzsche nada de ésto funciona. Debemos desmantelar estas decadencias. La
moral occidental es una moral de esclavos y de resentimiento para el autor y las
acciones elevadas no son de los hombres.
La moral de
esclavos, de obediencia y sacrificio nos vuelve débiles contra la vida. El hombre
ahora está enfermo para Nietzsche. La religión es una moral que transmite el
miedo de sí mismo y para enfrentar la realidad. Ser poderoso en otro mundo y separase
de la vida terrenal no tiene sentido y se subordina a Dios.
La ciencia
tampoco es respuesta pues es matematizar, ver el mundo como modelo y someterse
a la realidad, es apariencia.
El lenguaje
también puede reducir la vida a conceptos, el lenguaje es ficción colectiva y en
realidad no buscamos la verdad. La realidad se capta con metáforas que la
enfrentan. Debemos destruir todo ésto.
Ahora se
invierten valores en un nihilismo que nos lleva a una enfermedad del hombre. Dios
ha muerto para el autor. La muerte de Dios
sustituye a Dios por la tecnocracia y el pragmatismo.
Él quiere acabar
con metáforas, resolvernos. Así, el súper hombre acepta la muerte de Dios y
asume la vida. Es el más real de todos los hombres. La nueva tabla de valores
se debe lograr.
Según Nietzsche,
El Camello representa
la moral, carga.
El león,
destruye todo.
El Niño en cambio,
es creador espontáneo, hombre autónomo con valores nuevos basados en la vida. La
voluntad de poder es vital, libre y expansiva. Es pura creación, la realidad es
devenir. El mundo es visto como cambio en metáforas y aforismos.
El eterno
retorno es el elogio del instante que es vida y sentido existencial y el superhombre
quiere la vida, deseamos vivir en un eterno retorno.
Me parece que
Nietzsche nos libera de manera importante como humanidad. Centrarnos en el
instante es hermoso y crear en libertad. Sin embargo, no se puede lograr la
elevación sin moral alguna ni liberar sin objetivo moral, sin consciencia ética
nos diría Levinas.
Las creaciones
y revelar luz deben venir para elevar y dar a todo otro, no para liberar en sí,
que mucho hemos visto de la separación entre ética y estética en la modernidad
y ello no nos ayuda a ayudar, termina siendo igualmente un egocentrismo y
apariencia. Rescato la conciencia que nos transmite Nietzsche de no tener miedo
ni obedecer por obedecer, por miedo, de crear como niños de manera espontánea,
pero sí como nos diría Levinas, para iluminar a todo otro en amor como objetivo
central y no por egoísmo o ensimismamiento como fin en sí mismo.
No es liberar por liberar la creatividad interior,
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