Grace Nehmad

domingo, 23 de agosto de 2020

Reflexiones dominicales

 Hoy no sé qué decir. Debí escribir el viernes, al cierre de mi semana y lo olvidé, escribí sobre filosofía entonces y otras cosas hubiera escrito. No sé qué pensar de la vida. Creo que en ciertos aspectos logro realmente despegar y realmente hacer mi trabajo en la tierra porque todo me han criticado y atacado de diferentes maneras y he sufrido esas críticas sintiéndome miserable y que por más que hago nunca nada es suficiente y en ningún espacio me dejan estar y desarrollar la luz que vine a entregar. Todos son amorosos y los quiero a todos, pero son limitantes e impositivos porque responden a sistemas añejados y los comprendo. A pesar de todo, construimos puentes y si reviso mi trayectoria veo que si he combinado todos mis aspectos y los desarrollo y entrego, pero en general me quieren lejos. Las instituciones no pueden albergarme, las sacudo mucho. Me duele porque yo los quiero a todos y sufro los rechazos y mi soledad. Las puertas se cierran, es que no cumples con el idioma, el color de ojos, es que buscamos a una maestra de arte y no de arte y Torá, alguien interno, tú eres como de Júpiter y así. Es que necesitamos dar hebreo y no Torá, es que queremos a alguien que investigue estos temas y no los otros, es que la beca es para la gente de proyectos de la universidad, tu proyecto no lleva temario, no eres filósofa. Pero pues llevo años investigando a Levinas y en especial contrastándolo con la historia de la filosofía durante todo este año, pueden revisar este blog. Nada importa. Yo creo que más bien de arriba me mandan a mi encierro y de por sí la pandemia nos mantiene encerrados, ya voy a descansar y hacer mi trabajo en silencio por un rato. Estoy agotada de tratar de explicarles que soy investigadora y que llevo dos investigaciones de sociología y demografía y tres de Levinas con su pintura y poesía asociada en un anexo. Las tres están disponibles en Amazon. Quizás cuando ya no esté es más fácil. Tampoco puedo con tanta acción porque debo trabajar mucho. Ese es un problema persistente acción-inacción, hombres-mujeres, oriente-occidente, ser o no ser, y así. Y todo avanza y va bien, pero esta soledad extrema está difícil y ahora más que nunca es necesaria. La enfrentaré en paz.


El chiste es quizás integrarme

con lo que observo desde una mirada ingenua, amorosa y contemplativa


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