Grace Nehmad

jueves, 27 de agosto de 2020

El Joker, Nietzsche y Levinas

 

 

El Joker, Nietzsche y Levinas

Al Joker le da por reír por el fin de la vida vano y ríe sin parar. Ya Nietzsche tenía un personaje parecido en su obra y todos lo conocemos, el payaso que sonríe, pero en realidad está triste y desamparado. En la historia de Nietzsche, se incendia el circo y el payaso por ser el más veloz, es enviado a correr para avisar a la gente del incendio, pero la carpa se incendia y el público se ríe y aplaude creyendo que es un chiste. La risa es la respuesta a una situación vacía y falsa. El Joker no paró de reír de las normas sociales ridículas y no le creen. Nietzsche nos habla en su obra del camello, del León y del niño. El camello es el que se somete y carga el peso de los deberes, se enfrenta, pero es a través de la carga que carga y asume con valentía y es como darle la mano al que te hace daño.

El León lucha y todo destruye al rebelarse. El niño ya rompió con todo y es creativo, genera un nuevo orden social.

El Joker representa las máscaras y rompe con todo lo establecido como el león rompe con todo. Para él todos son corruptos y malvados. Se trata de una lucha social entre los deseos y los deberes, contra la moral que a menudo se transforma en corrupción.

El niño crea y ríe con nuevos valores, juega con naturalidad y satisfacción, crea su propio orden. más cerca del súper hombre para Nietzsche y está cerca del Joker.

El Joker representa muchas cosas, reírnos de lo absurdo de la existencia, y de que a menudo nada en ella parece embonar ni tener sentido. Más para él que representa al ser marginado y olvidado por la sociedad que no lo escucha. Ríe para ser escuchado, también para burlarse y romper con todo y ya ni siquiera controla su risa. El Joker nos sacude y tiene mucho del león que destruye, del camello que cargó hasta reventar y del niño que se sale de toda norma para reír en los lugares más inapropiados y anunciando un nuevo orden.

Levinas nos llevaría a escuchar profundamente a ese Joker y atenderlo, ayudarlo a controlar su risa y encauzarla. Es evidente que la sociedad no logra acogerlo, ni escucharlo. Mirarlo más profundo nos despertaría a su interior que en el fondo no quiere destruir ni reír sin control, quiere funcionar adecuadamente y hacer el bien, cumplir con las buenas acciones cotidianas que vino a hacer a esta tierra como trabajar y ayudar a otros.

El Joker es un despertador social, la alarma que para Levinas nos regresa a la atención y cuidado de todo otro, a la responsabilidad social de dar cabida a todo ser humano en su corazón.


El calor promete  contagiarnos su abrazo, arriba laten sus luces

en un llamado universal que eleve 

nuestros espacios compartidos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario