Del placer inmediato y del deseo en Levinas, reflexiones
(extracto de por un rostro social incluyente mi libro disponible en amazon que
presento en zoom con la universidad hebraica este jueves)
Tendemos a la evasión y a la búsqueda de la solución
inmediata de nuestros placeres. No queremos asumir responsabilidades y buscamos
lo sagrado en momentos efímeros, recargados en un vivir sin consecuencias, en
un egoísmo centrado en el placer inmediato. Las crisis aumentan de esta manera
y así, como no queremos esperar para saciar nuestros placeres, las crisis no
nos van a esperar y las consecuencias de esta manera de proceder están a la
vista. Lo peor es que, al actuar de esta manera, demasiado rápido nos
encontramos con que no perdura la sensación de saciedad y nos deja en un vacío
mayor.
La noción de placer
antigua mezclada al dolor contiene una gran parte de verdad nos dice Levinas.
Afirma en De l´évation, ―El placer se conforma a las exigencias de la
necesidad, pero es incapaz de igualar su medida. En el momento de la decepción,
que debía ser el de su triunfo, el sentido del fracaso se subraya por la
vergüenza (Levinas, 1982, p11). Lo sagrado aquí sería dejar de atender a las
necesidades y placeres personales para enfocarse en el otro y en lo que su alma
a través de su mirada nos llama a asistir. Olvidar los espejismos y la falsa
expectativa que proponen para regresar al presente, a la ayuda concreta.
Levinas nos dice: ―Buscamos la plegaria como pregunta para el otro, relación y
no relación con todo otro... A ese absolutamente otro al no limitarlo por el Mismo
es ahí relación con el infinito a través del otro y trascendencia, pregunta
originaria (Levinas, 2004, p168 y p169). Así, la pregunta está en la
relación-no relación, es deseo comparado con la necesidad, es donde se tocan
los extremos. Proximidad y religión que es ambigüedad y enigma espiritual. En
la trascendencia ética dirigida al otro, el deseo y EL AMOR se hacen más
perfectos que la satisfacción
. El exceso sería aquí lo concreto del mal manifestado. La
diferencia ontológica es seguida por la diferencia entre el bien y el mal, ―La
espera del alma y la diferencia cobran sentido en nuestra relación del alma con
Dios. Mantenerse en relación con el otro que es Dios es eclipsarse. El alma más
allá de la recompensa espera una espera que sobrepasa por completo la espera
(Levinas, 1992, p205). En la espera escuchamos y nos entregamos en paciencia al
otro para asistirlo en amor poniendo de lado nuestro deseos e impulsos que
buscan satisfacción inmediata. Así, en este momento sin evasiones podemos
asistir a todo otro y cumplir con nuestra misión existencial, razón de ser y de
estar en este mundo.
Me entrego al otro y lo escucho y asisto, nuestra simbiosis es una realidad.
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