Grace Nehmad

lunes, 3 de agosto de 2020

Del placer inmediato y del deseo en Levinas (extracto de por un rostro social incluyente disponible en amazon

 

Del placer inmediato y del deseo en Levinas, reflexiones (extracto de por un rostro social incluyente mi libro disponible en amazon que presento en zoom con la universidad hebraica este jueves)

Tendemos a la evasión y a la búsqueda de la solución inmediata de nuestros placeres. No queremos asumir responsabilidades y buscamos lo sagrado en momentos efímeros, recargados en un vivir sin consecuencias, en un egoísmo centrado en el placer inmediato. Las crisis aumentan de esta manera y así, como no queremos esperar para saciar nuestros placeres, las crisis no nos van a esperar y las consecuencias de esta manera de proceder están a la vista. Lo peor es que, al actuar de esta manera, demasiado rápido nos encontramos con que no perdura la sensación de saciedad y nos deja en un vacío mayor.

 La noción de placer antigua mezclada al dolor contiene una gran parte de verdad nos dice Levinas. Afirma en De l´évation, ―El placer se conforma a las exigencias de la necesidad, pero es incapaz de igualar su medida. En el momento de la decepción, que debía ser el de su triunfo, el sentido del fracaso se subraya por la vergüenza (Levinas, 1982, p11). Lo sagrado aquí sería dejar de atender a las necesidades y placeres personales para enfocarse en el otro y en lo que su alma a través de su mirada nos llama a asistir. Olvidar los espejismos y la falsa expectativa que proponen para regresar al presente, a la ayuda concreta. Levinas nos dice: ―Buscamos la plegaria como pregunta para el otro, relación y no relación con todo otro... A ese absolutamente otro al no limitarlo por el Mismo es ahí relación con el infinito a través del otro y trascendencia, pregunta originaria (Levinas, 2004, p168 y p169). Así, la pregunta está en la relación-no relación, es deseo comparado con la necesidad, es donde se tocan los extremos. Proximidad y religión que es ambigüedad y enigma espiritual. En la trascendencia ética dirigida al otro, el deseo y EL AMOR se hacen más perfectos que la satisfacción

. El exceso sería aquí lo concreto del mal manifestado. La diferencia ontológica es seguida por la diferencia entre el bien y el mal, ―La espera del alma y la diferencia cobran sentido en nuestra relación del alma con Dios. Mantenerse en relación con el otro que es Dios es eclipsarse. El alma más allá de la recompensa espera una espera que sobrepasa por completo la espera (Levinas, 1992, p205). En la espera escuchamos y nos entregamos en paciencia al otro para asistirlo en amor poniendo de lado nuestro deseos e impulsos que buscan satisfacción inmediata. Así, en este momento sin evasiones podemos asistir a todo otro y cumplir con nuestra misión existencial, razón de ser y de estar en este mundo.


Me entrego al otro y lo escucho y asisto, nuestra simbiosis es una realidad.
No me evado, espero, postergo mis deseos y asisto, después, nos convertimos en uno mismo.

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