En Totalidad e infinito Levinas concluye que todo su trabajo quiso describir la psicología de la relación social, bajo la cual se mantiene el juego eterno de las categorías fundamentales reflejado en la lógica formal. El individuo se constituye a través de la exposición a la mirada y ella lo regresa a su interior para ir de sí mismo hacia el otro en un frente a frente.
El hombre como otro nos llega de fuera, separado o santo, es rostro. Su exterioridad es su llamado a cada ser, su verdad. Mi respuesta es la verdad con un excedente de mi punto de vista, presencia divina. Esta dinámica hace posible el pluralismo en la sociedad hecha de excedentes. Pienso que deberíamos lograr estas dinámicas sanas en nuestra evolución, libres de violencia. A menudo en el acercamiento al otro hay violencia en el plano terrenal es lo que vio Levinas y por ello le dio prioridad y lo quiso abordar como un maestro. No hemos logrado resolver a la violencia como humanidad, encontrar ese tercer espacio compartido. Apoyarnos en Levinas es importante para empujar la paz. Pienso que es importante estudiar estos excedentes, reflejo de lo divino en esta tierra y materializar la evolución que nos brindan en apertura, parece buena opción. Se trata de escucharnos más y lograr acuerdos, el tercer espacio, en evolución.
Camino hacia el otro en color y amor, tercer espacio
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