Más allá del rostro
La relación con el otro no anula la separación. No surge en el seno de una totalidad y no instaura la integración entre el Mismo y el Otro, nos dice Levinas en Totalidad e infinito, no es integrarse en la comunión de las verdades universales. Es al revés, la relación comienza desde la diferencia en donde la alteridad no determina, tiene el rostro del extranjero, del pobre, es el maestro que justifica mi libertad. La relación se da sólo hablando. Es un movimiento que va del Mismo al otro. Está dentro el derecho a la palabra. El plan del amor y la fecundidad es el regreso al ser interior reflejado en el rostro del otro y la subjetividad responde ahí en respuesta a sus movimientos más allá de la muerte. Debemos encontrar la claridad donde el dar se siente que emana de nosotros mismos en plena libertad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario