La mujer es parte de una cultura de interacción basada en la empatía y cuidado, una cultura entera en pacifismo con los animales y la naturaleza. Son movimientos contra la cultura patriarcal. La naturaleza no es muda y no debemos creer que la debemos dominar o nos dominará. Hay en el fondo un anarquismo moderno dentro. Hay un modelo social ruso anarquista dentro. Los grandes conceptos dentro luchan contra todas las formas de dominación. Yo en realidad sostengo esta protesta y quiero ir más lejos y buscar la cooperación y reconocimiento del otro sea hombre o mujer al estilo levinaseano. Toda revolución me atrae porque no debemos aceptar ser dominados y podemos cruzar lo ecológico y lo social y buscar relaciones complementarias. No debemos aceptar las formas negativas de dominación y podemos buscar juntos la política del placer y bienestar en el corazón de lo social. Las comunidades deben protegerse y responder. ¿Dónde quedan las necesidades individuales y colectivas en justicia y equilibrio? La política está quizás entre la necesidad y la felicidad, en el medio, de centra como la diversidad de los placeres humanos y así podemos juntos ir más allá de la necesidad hacia una especie de felicidad absoluto que contiene a la justicia dentro.
Empezar desde las raíces y crecer juntos
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