Halajá
Rambam, Leyes sobre Relaciones Prohibidas, capítulo 22
No se debe disertar sobre las leyes que tratan las relaciones prohibidas, en presencia de tres personas, porque mientras uno pregunta los otros dos comentan sobre ello y no prestan atención a todo lo que se habla. Siendo que todo ser humano se siente tentado por este tipo de cosas, si duda sobre algo de lo que escuchó, inmediatamente lo dará por permitido. Por esto, es conveniente disertar sólo en presencia de dos, para que el que escucha pueda atender bien aquello que el rabino enseña.
Me parece importante que reflexionemos sobre los temas que discutimos y con quién los discutimos para lograr tomar las decisiones adecuadas que nos beneficien a tofos y vayan por el camino divino.
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