La casa es habitación, se utilizan utensilios entre utensilios. Es martillo o pluma, cosas necesarias para vivir y la casa es privilegiada. El fin queda más lejos que el placer, nos dice Levinas, hay un interés inmediato, en sí mismo. Los gestos asociados son en sí mismos placer y satisfacción. Nutren una vida. La casa es comienzo, es recogimiento para salir al trabajo, el hombre sale al mundo a partir de ella. Hay dentro y fuera que comienza en la casa a partir de una intimidad. Habitar es tomar conciencia con una intención específica asemejando la idea de habitar la casa pero que va hacia afuera a través de diferentes espacios o cosas. El ser se concreta desde su separación. En casa es la primera concretización. Hay retiro del mundo en contemplación desde la casa. El retiro a casa abre posibilidades en la espera y reflexión. Hay una dulzura en el recogimiento y la intimidad para después actuar con energía renovada en el mundo exterior incluso habitando y recordando la intimidad de la casa en varios espacios exteriores desde la separación que crea y concreta en el mundo. Me parece pues que es determinante la seguridad de casa y el recogimiento para después salir al mundo a habitarlo y actuar desde esa seguridad, equilibrio y salud, volver al mundo nuestra casa y a todo otro parte íntima de nuestra intimidad proyectada en amor.
Reflexiono y cruzo caminos a partir de la casa, habito el mundo y a todo otro en amor
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