Isaías 10:1
¡Ay de los que dictan leyes injustas y de los escribas que escriben iniquidades, para privar de justicia a los necesitados, coartar el derecho de los pobres de Mi pueblo, despojar a las viudas y hacer presa a los huérfanos¿Qué haréis en el día de la visitación y en la ruina que vendrá desde lejos? ¿A quién acudiréis por ayuda? ¿Y dónde dejaréis vuestra gloria? No podrán hacer nada salvo doblegarse bajo el yugo del cautiverio y caer debajo de los muertos. Porque Su ira no se ha apartado y Su mano está aún extendida.
Pocos dictan leyes y tienen mayor responsabilidad, muchos dependen de nosotros aunque no gobernemos directamente, de cada uno.
Pero si no nos revisamos, podemos caer sin dictar leyes, en la injusticia. Todo acto lleva dentro una ley para el implicado. Podemos así, tratar de hacer conciencia y actuar en ayuda, incluso sin miedo a las consecuencias que de todas maneras terminarán por llegar. Mejor actuar antes, desde el acto de amor y la fe, desde la confianza.
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