Sócrates funda la filosofía occidental. Antes
estaban Tales y Pitágoras. Nada escribió Sócrates, nos lo transmitió Platón su discípulo
en sus diálogos. Sócrates fue condenado por corromper a la juventud. Era un
marginal y su filosofía le costó cara. Condenado a muerte, él dijo que debía
ser condenado a todos los honores. Quedó como símbolo para que vivan sus ideas y
a la filosofía. Provocó a su jurado y con ello hizo posible la transmisión de
sus ideas. Él se expresaba en el diálogo y hacía vivir su pensamiento. La
escritura puede ser dogmática para él y la quiere en movimiento y en proceso,
en etapas y estadios de conocimiento. Tiempo y distancia se dan en el diálogo
para Sócrates. Es un ejercicio del pensamiento es en acción, en reflexión y
diálogo. Reemplazamos nuestras creencias por certezas. Y siempre necesitamos la
mirada exterior que regrese a nosotros. Necesitamos la mirada exterior para
reflexionar. Nuestros ángulos de vida nos moldean y no somos fijos, nos
construimos unos a otros. Cada uno no posee su propia verdad, es una verdad
universal y cada uno su concepción de la verdad desde su perspectiva en una
síntesis de subjetividades. Me hace pensar en la reinterpretación constante de
la Biblia y entonces el diálogo incluye al libro que media entre las personas,
ya no es tampoco fijo, es pre-texto siempre. El otro es central y más aún, me
parece, si lo vemos como sugiere Levinas, como misión existencial. Sócrates es
un gran ejemplo de lo que Levinas llamaría morir para todo otro.
Flexibilizar el cuerpo y el pensamiento para asistir a todo otro en amor
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