Lanzarnos al misterio de la vida no es fácil pues lo conocido nos da seguridad pero limita y etiqueta, nos diría Levinas, caminar hacia el rostro del otro y descubrirlo, ese el reto. La vida nos abre entonces su misterio y nos otorga la posibilidad de dar, de reconstruirnos y ser otros también, los que soñamos, mejores a cada paso y con caminos distintos, no contemplados. Y vamos sumando las buenas acciones y atrayendo nuestra apertura hacia el cambio en el buen hacer. Se acumula todo y crece. Despertamos a mejores tiempos desde el optimismos que, en conciencia une corazón y razón al servicio divino, de todo rostro que nos interpela
Soy mis nuevos rostros hacia todo otro en amor
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