El otro tiempo es en el que entramos al hacernos presentes en él y no dejar que corra sin nosotros. Se trata de relacionarnos diferente con él y apropiarnos de él, en especial, a partir del otro y para el otro, pero también hay un tiempo interno de reflexión y de acción dentro. Se trata siempre de estar. Es ahí donde el reloj se detiene y somos de otra manera. En observación. En acción desde dentro, lejos de las ausencias que nos alejan y olvidan. Ser para. Buscar y activar en equilibrio y alegría. Se trata de inyectar la vida de energía amorosa, de curiosidad y descubrimiento. Contagiar a otros y darnos perlas de cariño y proximidad. Aprovechar nuestro tiempo en la tierra para aprender y dar, soltar las etiquetas limitantes y darnos en misterio y apertura, abrir nuestro existir en lazos y cercanía.
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