Para Levinas en de otro modo que ser o más allá
de la esencia, el sujeto no puede
comprenderse en su totalidad a través de la ontología, porque de entrada no es
totalidad, es en construcción y tiende a. La temporalidad va más allá de la
esencia. Un sueño se sale de mi supuesta esencia y me reinterpreta. Los sueños
son en exterioridad, en diacronía me miran, más allá de, son otra manera de vivirme
desde que los descubro. En la imagen, lo sensible y lo inmediato son intencionalmente
volteados hacia la búsqueda de una presencia más completa. Mostrarse a, es un
desfase que implica tiempo de por medio, diacronía y no, simultaneidad. Se
trata de remisión del tiempo en el ser y tensión sin ruptura, sin solución de
continuidad. No es alejamiento puro del presente, es re-presentación entre el
olvido y la espera, unidad de conciencia y esencia en apertura.
Somos siempre en proyecto de lo que seremos y
de lo que abandonaremos nos dice Sartre. En constante construcción y debemos
llevar a cabo la deconstrucción nos diría Derrida para comprendernos mejor, a nuestros
sueños dormidos y despiertos, renovarnos para entrar en el tiempo del otro, nos
diría Levinas, saber morir para todo otro. Me encanta que para Levinas también
vive en nosotros lo otro, somos otro que se va integrando a nuestra esencia
momentánea, en constante cambio y desfase para asistir a todo otro en amor.
Descubrir en vacío pleno la abundancia del amor, luz que eleva toda existencia en el servicio divino
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