El epicurismo viene de Epicuro que fue su
fundador. Los placeres de la tierra no es lo que justifica esta filosofía pues
para este autor en el exceso no podemos encontrar nuestro bien. Se trata de
estar en el centro y de no equivocarnos. Sufrir es lo que se trata de evitar.
Es placentero tomar en el momento, pero después las consecuencias pueden ser
negativas. Se trata de moderar y equilibrar y no romper con la sabiduría. Nuestro
comportamiento debe moderarse para encontrar su camino al placer libre de
sufrimientos. Es alejarse de las carencias del deseo. Rousseau decía que el deseo
se satisface a sí mismo. Hay deseos naturales y necesarios. Podemos privarnos
del deseo sexual por ejemplo y sería natural y no necesario, aunque en
colectivo sí es necesario para que la humanidad se reproduzca y no desaparezca.
El chiste es mediar y alejar el mal. La filosofía de Epicuro es controlarse y
economizar los placeres. Es el paso hacia el utilitarismo que viene después con
Stuart mil. Las necesidades y motivaciones deben cuestionarse para no perderse
en los placeres sin límite. En especial cuando los placeres nos dominan y no
controlamos, sufriremos así. Un pueblo se desvirtúa desde el deseo de consumo.
Estamos en el corazón de lo que habla Epicuro, la necesidad de controlarse y limitarse
porque buscamos fuera lo que no tenemos dentro. Nuestra sociedad no es
epicuriana ni utilitarista porque hasta los utilitarios ven en cierta
limitación un cálculo racional, noto que debo limitar ciertos placeres que al
final no serán útiles para mí. Abolir todos los límites es perderse como sociedad.
Se hacen las leyes muchas veces porque hemos perdido el control
desafortunadamente. Estaría bien autogobernarnos, pero nos abandonamos y
necesitamos reglas de control. Nos perdemos en lo exterior y en el consumismo
que nos controlan y no somos seres libres y responsables al servicio del rostro
de todo otro que nos interpela, diría Levinas. El consumismo es un gran mal que
se ha salido de control y nos domina desde nuestras preferencias archivadas en
internet. De manera oculta somos sometidos y dejamos de decidir de manera
responsable. Después, viene la pandemia y queremos creer que no somos
responsables de nada. Debemos ver de cerca y actuar en contra de la pérdida de
control y la dominación que nos llevan a decidir desempoderados hacia un mal
que ni hemos calculado de manera consciente.
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