Hoy quiero decir que estuve reflexionando en shabat sobre nuestra identidad y nombres y cómo dice Manitou que en las culturas primitivas no te llaman por tu nombre porque sería revelar mucho y te pueden hacer daño. El mundo tiene partes ocultas y debemos respetar sus silencios y meditar más. Descubrir esperar y en especial escuchar a todo otro, atenderlo.
Creo que nos daña revelar tanto porque perdemos humildad y quizá rompemos las reglas de este planeta por no tener más recato y respeto. Pensé mucho en los desfases de que nuestra identidad ya no es directa con nuestro nombre como en la creación bíblica y quizás al perder ese regalo directo, debemos regresar a él en meditación y ayuda, en escucha.
Busco al otro en mis partes ocultas, mis silencios lo escuchan para asistirlo.
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