Grace Nehmad

jueves, 4 de febrero de 2021

Lo cotidiano y el otro

 

La cotidianidad como pregunta filosófica

Lo cotidiano se repite, es repetitivo hasta desaparecer. Vemos diferentes niveles de reflexión. En un sentido es la rutina, pagar, comer, dormir, escuela, trabajo y en las labores dejamos de pensar. Lo cotidiano es también lo natural y obvio que de tanto repetirse, desaparece. De tanto ver un mismo cuadro en casa desaparece y no le prestamos atención, se borra de nuestra mirada. Así, actuamos sin reflexionar y dejamos de estar presentes. Pero si sacamos de la realidad al cuadro, lo reinterpretamos.

Podemos pensar lo cotidiano entonces desde otra perspectiva, es el desafío existencial más grande, no dejarnos desaparecer, estar presentes. Así, la filosofía en lo cotidiano detecta problemas en nuestra vida social y podemos mejorar cuerpo, alma y espíritu y crear armonía y paz, amor por todos y para todos, dejando atrás a los sentimientos negativos.

Se trata quizás de disfrutar más y de crear aprendizaje significativo para lograr salir adelante y ser estables. Debemos lograr detectar el contexto, dejar de lado la creencia en Dios como responsable de mis desgracias o solución a mis problemas sin mi participación y búsqueda activa para enfrentarlos; tratar de ser valiosos para todo otro. Podemos así crear un propio estilo y forma de vida en el conocimiento cuerpo-mente moral para darnos a todo otro en presencia constante en un cotidiano que no desaparezca.


Podemos salirnos del cotidiano para observarnos y reinterpretarnos en un estar presentes para todo otro que nos aleje de repetirnos en ausencia y borrarnos

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