Grace Nehmad

domingo, 21 de febrero de 2021

Mrs. Dalloway en mí

 

 

Mrs. Dalloway de Viginia Wolf en mí

Es un libro clásico por una razón. Un cuarto propio también de Wolf es inspirador y nos lleva como mujeres a liberarnos, a tratar de ir más lejos, de lograr un cuarto propio como mujeres casadas. Así fue para mí y ahora, toda la casa es mía como divorciada, con todo y las dificultades de sostenerla… En cambio, ésta es la cuarta novela de Wolf, escrita en1925. Un día en la vida Clarissa Dalloway. Ella va de un lugar a otro preparando la fiesta y me dejé llevar. La forma de Wolf de escribir es muy detallada, bella y original. Sus personajes me fascinaron. Trata temas complejos de manera ligera, como la vida misma, como la depresión y el suicidio. Es cautivador su relato como mujer, sus placeres superficiales, su mirada interior, su placer por sombreros y guantes. Se siente la depresión por la guerra. Me impacta su esnobismo y profundidad que se unen. La hija adolescente quiere escapar de su rol. Me llama el romance y amor platónico de Clarissa. Peter es el eterno enamorado de Clarissa. De alguna manera siento lo que los personajes a través del cotidiano.

Pasa como río de un personaje al otro. Te hace reflexionar sobre ti misma. No hay término medio con esta novela, es costumbrista y de personajes reales. Sabemos que Wolf lo organizó antes de escribirlo. Sus diarios coinciden. El personaje de Séptimo no es comprendido con su enfermedad de ensimismamiento entre sicología y medicina que son contrarias aquí. Quizá esta novela es para las mujeres importante porque somos así como mujeres y por eso quizá muchos hombres ven superficial y absurdo este libro, pero es completamente real pues de hecho somos muy superficiales y es nuestra realidad occidental embarrada de noticias y de las historias de la realeza y de las historias políticas con todo su impacto social y su falsedad distorsionante que moldean gustos y preferencias sociales.

Wolf busca ver la mente de Clarissa en un día como Joyce a quién leyó. Wolf quiso comunicar la naturaleza de la mente. Además, ella quería romper con las tradiciones y así vivió en soledad y se suicidó en 1941. Los sentimientos encontrados y temores de Clarissa se dejan sentir. También su esnobismo y su mundo superficial. Vemos su mundo retratado y el nuestro a través de Wolf, Londres y la guerra terminada y las últimas noticias, junio. Lores y reyes en un día agradable en el cuál, todos sacan a pasear a sus perros. Nos acercamos a ese mundo, las fiestas, las tiendas, las noticias, la vida, sus ruidos y silencios, sus miedos y acontecimientos, caminar Londres es igual que caminar nuestra ciudad mexicana. No puedo creer la similitud siendo que no somos primer mundo. Ella sólo tiene 18 años y parece como cualquier mujer de clase alta, casada. La guerra ahora para nosotros son de alguna manera la pandemia y sus noticias contradictorias. Los centros de vitalidad, Piccadilly y su romance platónico con Peter. Siempre tenemos sueños e historias, relaciones platónicas adyacentes como mujeres. Sus discusiones y argumentos y estas reflexiones son también la materia prima de toda filosofía y cuestionamiento del ser, de la lucha entre la medicina tradicional y formal, entre hombres y mujeres, entre mundos, entre nuestras mentiras e intentos de vivir de manera intensa y verdadera en un mundo tan desfasado. El peligro de vivir en serio, de ser y no dejarse tragar por tanta superficialidad. Los intentos de saber quiénes somos y nuestro lugar en el planeta, el estar entre mundos y qué importa y si el mundo seguirá sin mí y cómo sobrevivir o dejarse morir, dejarse llevar por las personas de su existencia. El mundo y las imágenes que retrata, son nuestro mundo. Siento su mirada en la mía y me inspira a ser, ser para ayudar a otros, sobrevivir y existir para ellos. Aceptar que debemos vestir ropa que en hebreo tiene la raíz de traición y sin embargo, después de verla de ladito, después de esta pandemia y con la ropa gastada y agujerada, ya desesperada por ser tan esencial, tan alma, añoro ir de compras y renovar mi guardarropa sin saber cuándo podré vestir ropa adecuada. Siempre me ha gustado la idea de un sari hindú, un mismo trapo blanco de uso diario, pero nuevo y sin agujeros… Estar cómoda y sentirme bien en mi ropa, sin ser traicionada por ella, me pasa poco. Por eso cuando encuentro algo cómodo lo visto sin parar, pero ahora ya se excedió el límite de toda mi ropa gastada, ¿qué será?

         Leer esta novela ahora me hace pensar en que debo aceptar cierta superficialidad de esta dimensión y aprender a amarla para hacer el bien en sus escenarios, sin los miedos del ser y de mis preguntas filosóficas constantes ¿será posible? No sentirnos solos como Clarissa, como Wolf y poder compartir historias y procesos de vida en amor.


Guantes, sombreros y paraguas, superficialidad que empuja nuestra vida moderna,
tratar de ser reales para todo otro y escapar este mundo superficial


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