Mrs. Dalloway de Viginia Wolf en mí
Es un libro
clásico por una razón. Un cuarto propio también de Wolf es inspirador y nos
lleva como mujeres a liberarnos, a tratar de ir más lejos, de lograr un cuarto
propio como mujeres casadas. Así fue para mí y ahora, toda la casa es mía como
divorciada, con todo y las dificultades de sostenerla… En cambio, ésta es la
cuarta novela de Wolf, escrita en1925. Un día en la vida Clarissa Dalloway. Ella
va de un lugar a otro preparando la fiesta y me dejé llevar. La forma de Wolf
de escribir es muy detallada, bella y original. Sus personajes me fascinaron. Trata
temas complejos de manera ligera, como la vida misma, como la depresión y el suicidio.
Es cautivador su relato como mujer, sus placeres superficiales, su mirada interior,
su placer por sombreros y guantes. Se siente la depresión por la guerra. Me
impacta su esnobismo y profundidad que se unen. La hija adolescente quiere
escapar de su rol. Me llama el romance y amor platónico de Clarissa. Peter es
el eterno enamorado de Clarissa. De alguna manera siento lo que los personajes
a través del cotidiano.
Pasa como río
de un personaje al otro. Te hace reflexionar sobre ti misma. No hay término
medio con esta novela, es costumbrista y de personajes reales. Sabemos que Wolf
lo organizó antes de escribirlo. Sus diarios coinciden. El personaje de Séptimo
no es comprendido con su enfermedad de ensimismamiento entre sicología y medicina
que son contrarias aquí. Quizá esta novela es para las mujeres importante
porque somos así como mujeres y por eso quizá muchos hombres ven superficial y
absurdo este libro, pero es completamente real pues de hecho somos muy
superficiales y es nuestra realidad occidental embarrada de noticias y de las
historias de la realeza y de las historias políticas con todo su impacto social
y su falsedad distorsionante que moldean gustos y preferencias sociales.
Wolf busca ver
la mente de Clarissa en un día como Joyce a quién leyó. Wolf quiso comunicar la
naturaleza de la mente. Además, ella quería romper con las tradiciones y así
vivió en soledad y se suicidó en 1941. Los sentimientos encontrados y temores
de Clarissa se dejan sentir. También su esnobismo y su mundo superficial. Vemos
su mundo retratado y el nuestro a través de Wolf, Londres y la guerra terminada
y las últimas noticias, junio. Lores y reyes en un día agradable en el cuál,
todos sacan a pasear a sus perros. Nos acercamos a ese mundo, las fiestas, las
tiendas, las noticias, la vida, sus ruidos y silencios, sus miedos y
acontecimientos, caminar Londres es igual que caminar nuestra ciudad mexicana.
No puedo creer la similitud siendo que no somos primer mundo. Ella sólo tiene
18 años y parece como cualquier mujer de clase alta, casada. La guerra ahora
para nosotros son de alguna manera la pandemia y sus noticias contradictorias. Los
centros de vitalidad, Piccadilly y su romance platónico con Peter. Siempre
tenemos sueños e historias, relaciones platónicas adyacentes como mujeres. Sus
discusiones y argumentos y estas reflexiones son también la materia prima de
toda filosofía y cuestionamiento del ser, de la lucha entre la medicina
tradicional y formal, entre hombres y mujeres, entre mundos, entre nuestras
mentiras e intentos de vivir de manera intensa y verdadera en un mundo tan
desfasado. El peligro de vivir en serio, de ser y no dejarse tragar por tanta superficialidad.
Los intentos de saber quiénes somos y nuestro lugar en el planeta, el estar
entre mundos y qué importa y si el mundo seguirá sin mí y cómo sobrevivir o
dejarse morir, dejarse llevar por las personas de su existencia. El mundo y las
imágenes que retrata, son nuestro mundo. Siento su mirada en la mía y me
inspira a ser, ser para ayudar a otros, sobrevivir y existir para ellos.
Aceptar que debemos vestir ropa que en hebreo tiene la raíz de traición y sin
embargo, después de verla de ladito, después de esta pandemia y con la ropa
gastada y agujerada, ya desesperada por ser tan esencial, tan alma, añoro ir de
compras y renovar mi guardarropa sin saber cuándo podré vestir ropa adecuada.
Siempre me ha gustado la idea de un sari hindú, un mismo trapo blanco de
uso diario, pero nuevo y sin agujeros… Estar cómoda y sentirme bien en mi ropa,
sin ser traicionada por ella, me pasa poco. Por eso cuando encuentro algo
cómodo lo visto sin parar, pero ahora ya se excedió el límite de toda mi ropa
gastada, ¿qué será?
Leer esta novela ahora me hace pensar
en que debo aceptar cierta superficialidad de esta dimensión y aprender a amarla
para hacer el bien en sus escenarios, sin los miedos del ser y de mis preguntas
filosóficas constantes ¿será posible? No sentirnos solos como Clarissa, como
Wolf y poder compartir historias y procesos de vida en amor.
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