Grace Nehmad

lunes, 1 de febrero de 2021

La tecnología al servicio del otro

 

Tal parece que la tecnología y todo tipo de máquinas llegaron para quedarse a este planeta y que nuestra interacción con ellas es extensa y profunda, en muchos sentidos preocupante. Estamos en constante interacción y comunicación con nuestros celulares y no siempre para enlazar a otras personas y vincularnos con ellas.

Es posible que hoy en día estemos más conectados con nuestros celulares que con nuestros cuerpos. Perdemos toda comunicación con el cuerpo y devenimos mente y a menudo devorada por nuestros celulares ¿Cómo mantenernos en nuestro centro y presentes? A mí me ha ayudado mucho mi shabat en el cual dejo toda tecnología fuera. Así, después, he conseguido llegar a reuniones familiares sin mi celular cuando todos lo tienen y a menudo dialogan más con él que con la familia, supuestamente presente. Un básico en la aproximación a todo otro y a su asistencia se encuentra en el estar presentes en el aquí y en el ahora.

Somos cada vez más devorados por la información y nos ausentamos. Nos adormecen ideas egocéntricas sobre nuestras imágenes que nos creamos y transmitimos queriendo ser a través del número de me gusta que obtenemos y damos. Bombardeamos y somos bombardeados sobre un yo constructo irreal que se aleja del ser para ayudar y se acerca del Narciso. Me parece que se comparten muy bellas ideas y creaciones y también información importante que ayuda mucho y la clave está en ese ser capaces de distanciarse de todo ello a ratos y mediar y regresar a nuestra conexión cuerpo y alma y a aclarar nuestra misión de ayuda en el planeta y de ese soy para el otro, para poner todo este conocimiento y sus posibilidades positivas que se multiplican al servicio del otro.

         ¿Qué hubiéramos hecho en esta pandemia sin los zooms y sin las redes a nuestro servicio? Me parece que tenemos mucho que agradecerle a la tecnología pero también necesitamos ser capaces de distanciarnos de ella y volver a la naturaleza, a nuestra naturaleza humana y a las relaciones presenciales que incluso ahora en tiempos de pandemia podemos tener en sana distancia.


No olvidemos nuestra naturaleza humana y seamos capaces de utilizar la tecnología al servicio del otro sin ser devorados por ella

 

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