Para Levinas existe un problema con la creación y la parte estética si no se toma en cuenta la parte ética pues hay un comercio que distorsiona y puede confundir intenciones.
Se trata de un comercio en el corazón del ser. Su crítica redime a la sombra.
Es necesario pide Levinas conectarse con el orden de la revelación y de la creación. El comercio con lo oscuro pone al hombre fuera del mundo iluminado por la revelación, es decir, más allá de la palabra que ordena cuidar de todo otro y de la palabra creativa bíblica que sola conduce de la oscuridad y el caos, a la luz y a las criaturas diferenciadas nos menciona Gritz en su libro de Levinas frente a lo bello. Vemos como la ética no puede faltar en todo los dominios. En la belleza misma y su apreciación y en particular, en el sentido de nuestras palabras que nos ayuden a nombrar y ordenar buscando retornar a empatar al ser en su identidad con la palabra que lo designa sin excluir, sin distorsiones ni máscaras, con el cuidado del otro al centro. En el arte es el peligro de crear sin ética como nos hace notar Levinas, pero en realidad se aplica a todos los dominios, al uso de la tecnología por ejemplo y nada debe hacerse por hacerse, ni siquiera hablar al aire sin sentido pues es una trampa y puede conducir a lastimar a otros en el camino. La conciencia y cuidado del otro al centro siempre nos ayudarán a cumplir nuestra misión de ayuda, de traer luz a la tierra en todo momento pues para eso estamos aquí, nos diría Levinas.
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