Grace Nehmad

jueves, 25 de febrero de 2021

¿Metáforas de la marcha y la filosofía, dónde el otro aquí?

 

Metáforas de la marcha y la filosofía, ¿Dónde el otro aquí?

Estilos de camino y filosofía y cómo conocemos en filosofía antigua. El caminante conoce su camino, en la carta séptima de Platón se estudia. Es ocupación que participa con el rey filósofo. Platón exiliado la escribe y esta carta es de sus momentos desastrosos. Es un instante de conversación que sabe más y tratado de filosofía, de escribir libros, exhibir él lo que fui, enunciados y archivar en números un paisaje, ¿se puede?

Esta carta se hace famosa porque propone el círculo, el nombre es lo primero en el monte elevado y culmina en referentes que se asocian y se anotan. La imagen, fui y conocí, nivel de la ciencia, geológico y ordenar a partir de lo que sopla y lo que se encuentra en los libros. Está después el nivel muy alto de la ciencia y un conocimiento otro, no trascedente, es repetición e insistir y en el fondo los problemas y conceptos y paisajes y justicia, alma, libertad, son paisajes, sube, baja, reposa y sus problemas son cruceros y cada camino exige ser explorado y habitado. Exploración repetida y es metáfora de la lámpara de aceite. Es una lámpara que da una llama que son los libros que tomamos y retomamos. En cada lectura y es tomar conocimientos y se puede brillar sin necesitar algo exterior y el pensamiento que nutre y ya no necesita de los libros y se alumbra a sí misma. El caminante no está confrontado al paisaje, debe buscarlo, sus rastros y trazo no están dados y al caminar por horas te mezclas con el paisaje, lo respiras y la presencia del paisaje se retiene en tu cuerpo y sedimenta, es pliegue del paisaje en el cuerpo. El enigma es el de la presencia y es clavarse en él para buscar la presencia recurriendo con sus familiaridades y misterios. Es repetición monótona sin recompensa. Es la caricia del paisaje y su temporalidad. No es estático y ocupa la conciencia en monotonía que es con temporalidad que se instala en el cuerpo del caminante. La caricia se toma entre dos extremos. Es tomarse por el cuerpo y significar, es manifestación de la presencia y es poder que domina y posesiona, ligera y brutal caricia y se estira hasta dónde el cuerpo va y viene en lo mecánico y estéril se encuentra a sí mismo en su ir y venir y buscar más. En los ecos que suenan juntos, la caricia profundiza en la superficie y por sus pasos repetitivos del paisaje se adquieren signos nuevos.  La modalidad de repetición sin monotonía no aburre.

Un segundo ejemplo lo da Epicurio al decir, los dioses existen y que es gratitud en la caminata. Lo religioso en el corazón y nos libera de la trascendencia y mundo otro. Es conciencia neta. Materialistas que pueden arruinar el bienestar terrestre. Por qué estar en los dioses. Existen para salvarnos de las iglesias, son lejanos, la ola interior, la plenitud interior de mi vida y placeres simples, el secreto de la felicidad epicuriana se encuentra aquí en la caminata. Palabra como gracia divina y hacer sonar la comparación. Sendero que salva y se lleva el peso y entrega la belleza del paisaje que aparece como una recompensa después del esfuerzo, es un don y llega a fotografiar el esqueleto del paisaje. El feliz es el que encuentra su paisaje y es como él mismo y va más allá de él. Es belleza destinada y responder con gratitud. El turista en realidad no se lo merece y el caminante lo vibra y su felicidad y plenitud se consolidan como eco de algo que se realiza más allá de mí y orienta mi gratitud. No supone dependencia no hay deudas. El tercer estilo de caminata es de rutas que se calculan para abolir distancias, terreno, las presencias humanas y objetivos y texto. La ruta no tiene sentido en sí misma adquiere sentido entre dos puntos. El camino es homenaje al espacio, es gratitud también, del dado. El camino invita a ascender porque es inmortalidad y atraviesa y en ese proceso ofrece revelaciones, es un camino interior, descubro.

En un nomadismo abierto descubrimos y percibimos iluminación y escribir y caminar, reflexionar, pensamiento, composición y caminata. Como Kierkegard que desafortunadamente muere en un ataque en una de sus caminatas y cuando viene el doctor le dice que el único problema es que ya no puede caminar. Son estados de caminata que descubre Kierkegard, caminatas de la ciudad y sorprenderse, estado de mariposa y promesa de sorprenderse de lo bello. Arte y técnica de pasar de un segundo al otro y delicia en la dispersión. En el estado ético es acompañado y sabe adónde va y construye en fidelidad al otro y a sí mismo. El estado religioso es caminata absurda y loca del sacrificio de Abraham dice Kierkegard, el momento de subir en silencio en Dios en creencia y en fe absoluta que le permite a Abraham llegar a la cima. El cansancio y fatiga, cuál es el sentido, para perderme, encontrarme, para estar disponible para otros y busco el cansancio al final, su secreto. Impresión del hombre cansado, el aburrimiento es lo peor de todo. Es versión de esfuerzos de gestos que necesitas descansar y pensar en parar para retomar otro día. El estrés y nervios torcidos, fatiga eléctrica y tensiones bruscas. Sedentarismo al repetir los pasos y viene el abandono como recompensa.

Estas caminatas cómo nos llevan a los otros y también nos cansamos de nosotros mismos y de los otros, sin sorpresas, una seguridad y certeza en letargo y la magia de la caminata es regresar a la caricia y que dentro encuentra energía para darse.

Parece muy solitaria la caminata en todas estas facetas pero el otro siempre está ahí para compartirse y ayudarse y descubrirse para, en amor.


Camino y descubro dentro para darme a todo otro en amor

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