Grace Nehmad

martes, 1 de septiembre de 2020

Rabí Shimon Bar Yojai y Levinas

 

Rabí Shimon Bar Yojai y Levinas

Conocido como Rashbi, vivió en Galilea, actual Israel durante la dominación romana, y después de la destrucción del segundo templo. Fue un gran Tzadik, un justo.

Su vida es muy especial ya que se le atribuyen milagros y su legado es central para el judaísmo. Estudió en la academia de yavne y fue discípulo de zakai y Akiva. Vive en una época difícil. Era prohibido estudiar Torá y por ir contra las leyes, debe huir y esconderse en una cueva con su hijo por doce años. Milagrosamente una mata de algarroba cubre la entrada de la cueva para esconderlos y alimentarlos y fluía un manantial. Sobreviven como sabios santos y puros pues escondidos, sólo estudiaban Torá. Se cuenta que el profeta Eliahu Hanavi lo visitaba y Bar Yojai escribe el zohar dentro de la cueva. Dicen que el profeta le dijo que podía salir y al hacerlo no podía creer que trabajaban los judíos y no estudiaban Torá todo el día. Así, los campos se encendieron con fuego y Dios le dijo, “Has salido para destruir mi tierra”. Entonces, decide encerrarse por otro año y ya sale con su hijo con otro enfoque porque no podía aceptar el trabajo y el no estudio constante de la Torá. Entonces ve a un judío que lleva un mirto con olor y se acerca shabat y el olor es para recordar shabat y lo santo de shabat, Bar Yojai nota que el pueblo es observante y se anima. Apegado a la Torá avanza y en Tecoa forma una academia y a Yehuda Hanasi. Cuentan que cuando ve a su delator le dice que no puede estar aún vivo y este muere al instante, es decir que tenía el poder de matar, su palabra era muy fuerte y de esa cueva cuentan muchos milagros. No sabemos si son verdad o no, pero lo cierto es que su estudio de Torá nos dejó un legado muy importante, el zohar. Deja otros textos importantes y muchas enseñanzas, de las relaciones humanas nos dice que es mejor lanzarse al horno ardiente que ofender a alguien en público. Nos dice que es peor el engaño con palabras que con dinero, pues el daño a través de la palabra es irremediable. También nos transmite que ser arrogante es como idolatría, ese centrarse en sí mismo.

Nos habla de tres coronas, la de la realeza, la del sacerdocio y la de la Torá, pero afirma que el shem tov o buen nombre está por encima de ellas. Es considerado uno de los grandes cabalistas y su legado es enorme, muere en safed y se visita su tumba en 18 Iyar. Se prenden velas y se rezan salmos en su nombre, es lagvaomer porque con Bar Yohai se da una revelación de luz grande y hoy encendemos una fogata de su enseñanza y seguimos recibiendo luz por sus méritos. Bar Yojai fue una gran luminaria del pueblo de Israel y nos sigue iluminando. Levinas no está de acuerdo con el misticismo, lo mira como evasión, él es talmudista y persigue la ley, lo concreto. No creo que le interesarían para nada los milagros aquí relatados. Levinas nos quiere despiertos y en acción para asistir al otro. Claro que aprobaría sus enseñanzas al respecto de las relaciones humanas y un posible equivocado narcisismo que Bar Yohai toma como idolatría. A Levinas quizás le gustaría entender al egoísmo como idolatría y si no lo expresó así, me parece que fue porque se centraba más en la ley y su aplicación, al llamado divino a través del rostro del otro y en la aplicación secular de la Torá.


De su cueva salió para iluminarnos con su estudio de Torá.

A Levinas no le gustan estos retiros y nos quiere en lo concreto.

Para él no necesitamos aislarnos para estudiar Torá y nuestro lugar

se encuentra aquí para asistir a todo otro en amor. 

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