Grace Nehmad

jueves, 3 de septiembre de 2020

Derrida y Levinas

 

Derrida y Levinas

¿Es realmente posible hacer la unión y propuesta de Levinas de dos corrientes de pensamiento como la filosofía de orígenes griegos y el Talmud? Derrida lo cuestiona y termina por unirse en mucho al pensamiento levinasiano en especial a través de la imagen de hospitalidad.

El diálogo epistolario entre estos pensadores puede incluso llevarnos a pensar en plagio de Derrida que a menudo se funde con Levinas, tal como Levinas lo hace con Rozensweig, pues Levinas mismo dice que ya se vuelve difícil citarlo tanto. Así, al madurar Derrida, a Derrida y a Levinas los vamos confundiendo y nos podemos asociar profundamente con ellos dada la moda que ha adquirido la alteridad.

El hablar de la influencia de Levinas en Derrida, nos lleva a su discurso de despedida al morir Levinas. En el adiós de Derrida a Levinas, Derrida nos pregunta qué hacemos cuando se calla un pensador así. Y en especial para Derrida es un reto pues su diálogo filosófico se ve afectado.

El pensamiento de Levinas sacudió el pensamiento filosófico y la reflexión filosófica de nuestro tiempo. Nos mueve hacia el otro y su asimetría en la relación con el otro nos cuestiona. Nos invita Levinas a la responsabilidad y hospitalidad para con el otro. Su salida de lo tradicional de la filosofía occidental nos impone un reto, cambia el orden sobre las cosas, del ser y saber en el centro cambia al otro como motor existencial y promete así una trasformación ética profunda.

Pero los dos lenguajes quizás no embonan y son contradictorios pues en uno la identidad no se puede salir del sistema filosófico que usa la lógica griega y no se puede compaginar con lo bíblico que va de alguna manera en contra del saber y del logos griego, Levinas es prisionero entonces de otro lenguaje, del lenguaje de la redención y da una respiración a los temas centrales de la filosofía a pesar de la contradicción. La verdad profunda se encuentra para Levinas en el infinito que abre el rostro del otro. Así, primero la crítica de Derrida a Levinas nos habla de esta contradicción para terminar fundido con las ideas levinasianas, en especial las que nos abre Levinas de responsabilidad y hospitalidad hacia el otro. La obra de Levinas no es teología ni moral, es experiencia hacia el otro, exterioridad donde la verdad absoluta es el espacio y lugar del otro. Dentro de dicha contradicción se puede cuestionar si es posible borrarse para darse al otro y la exterioridad que plantea Levinas y si nos deja sin identidad. Quizás si aproximamos al otro desde la identidad para ponerla a su servicio y asistirlo mejor se resuelva la contradicción. Quizás podemos hablar de compaginar tiempos distintos, antes y después del encuentro con el rostro que me pone a su servicio. Quizás la importancia del otro es tan preponderante que cambió el foco de Derrida por completo y la identidad quedó olvidada o puesta de lado por un momento. Me parece interesante plantearse las preguntas que Derrida comenzó sin olvidar la importancia central del otro.


¿Cuáles son nuestros ejes de pensamiento?

Los planos y acercamientos diferentes buscan

su intersección en diferentes modos

de aproximación que nos enriquezcan para

pulir nuestro servicio a todo otro en amor.

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