Derrida y Levinas
¿Es realmente posible hacer la unión y
propuesta de Levinas de dos corrientes de pensamiento como la filosofía de
orígenes griegos y el Talmud? Derrida lo cuestiona y termina por unirse en
mucho al pensamiento levinasiano en especial a través de la imagen de
hospitalidad.
El diálogo epistolario entre estos pensadores puede
incluso llevarnos a pensar en plagio de Derrida que a menudo se funde con
Levinas, tal como Levinas lo hace con Rozensweig, pues Levinas mismo dice que
ya se vuelve difícil citarlo tanto. Así, al madurar Derrida, a Derrida y a
Levinas los vamos confundiendo y nos podemos asociar profundamente con ellos
dada la moda que ha adquirido la alteridad.
El hablar de la influencia de Levinas en
Derrida, nos lleva a su discurso de despedida al morir Levinas. En el adiós de Derrida
a Levinas, Derrida nos pregunta qué hacemos cuando se calla un pensador así. Y
en especial para Derrida es un reto pues su diálogo filosófico se ve afectado.
El pensamiento
de Levinas sacudió el pensamiento filosófico y la reflexión filosófica de
nuestro tiempo. Nos mueve hacia el otro y su asimetría en la relación con el
otro nos cuestiona. Nos invita Levinas a la responsabilidad y hospitalidad para
con el otro. Su salida de lo tradicional de la filosofía occidental nos impone
un reto, cambia el orden sobre las cosas, del ser y saber en el centro cambia
al otro como motor existencial y promete así una trasformación ética profunda.
Pero los dos lenguajes quizás no embonan y son
contradictorios pues en uno la identidad no se puede salir del sistema filosófico
que usa la lógica griega y no se puede compaginar con lo bíblico que va de
alguna manera en contra del saber y del logos griego, Levinas es prisionero
entonces de otro lenguaje, del lenguaje de la redención y da una respiración a
los temas centrales de la filosofía a pesar de la contradicción. La verdad
profunda se encuentra para Levinas en el infinito que abre el rostro del otro.
Así, primero la crítica de Derrida a Levinas nos habla de esta contradicción
para terminar fundido con las ideas levinasianas, en especial las que nos abre Levinas
de responsabilidad y hospitalidad hacia el otro. La obra de Levinas no es
teología ni moral, es experiencia hacia el otro, exterioridad donde la verdad absoluta
es el espacio y lugar del otro. Dentro de dicha contradicción se puede
cuestionar si es posible borrarse para darse al otro y la exterioridad que
plantea Levinas y si nos deja sin identidad. Quizás si aproximamos al otro
desde la identidad para ponerla a su servicio y asistirlo mejor se resuelva la
contradicción. Quizás podemos hablar de compaginar tiempos distintos, antes y
después del encuentro con el rostro que me pone a su servicio. Quizás la
importancia del otro es tan preponderante que cambió el foco de Derrida por
completo y la identidad quedó olvidada o puesta de lado por un momento. Me
parece interesante plantearse las preguntas que Derrida comenzó sin olvidar la
importancia central del otro.
¿Cuáles son nuestros ejes de pensamiento?
Los planos y acercamientos diferentes buscan
su intersección en diferentes modos
de aproximación que nos enriquezcan para
pulir nuestro servicio a todo otro en amor.
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