Grace Nehmad

miércoles, 16 de septiembre de 2020

Heidegger y Levinas

 Heidegger y Levinas, el ser y el otro

La distinción heideggeriana entre óntico y ontológico no es fácil de hacer a primera vista, ni menos medir sus incalculables proyecciones, por mucho que esté resultando ineludible para las ciencias de lo humano como es el derecho. Como una primera noción, digamos que ónticamente vemos al ente desde afuera, con pasividad (idealmente total), en forma contemplativa, tocado por su presencia y por nada más, en tanto que ontológicarnente el ente es visto desde adentro de él mismo, merced al despliegue de una actividad que lo proyecta como logos sobre la evidencia irrebasable de que todo cuanto existe, existe consistiendo en algo. «Óntico», adjetivo de ente, toma su significado de la existencia en sí de las cosas; esta existencia es un dato independiente de lo que el hombre puede saber acerca de ello, nuestro pensamiento ni la hace ni la deshace. «Ontológico», adjetivo de ser, corresponde a la interpretación que el hombre da cuando se pone en la tarea de descubrir la esencia de las cosas en función de él. Así surge la fenomenología dando intencionalidad a los objetos pero el ser está al centro del escenario. Para Levinas ésto no debe ser y dar vida a través de la intencionalidad es volvernos sensibles per el otro debe estar al centro de nuestras aproximaciones al mundo y no el ser y ello cambiaría todo nuestro enfoque existencial que se justifica a través de la ayuda a todo otro.

¿Cómo conocemos nuestro entorno? ¿Está el ser al centro? Para Levinas el otro debe guiar nuestras aproximaciones éticas al mundo.

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