Jung y la sombra y Levinas
Jung y Freud rompen en 1912 el psicoanálisis se
matiza de diferentes maneras en sus búsquedas y sus diferencias fueron en particular
respecto a la libido que para Jung no es sólo sexual, es también simbolismo.
Llamó mi atención el tema de las sombras y su interpretación de ellas, nuestro
lado oculto. Su teoría del inconsciente colectivo es también muy llamativa y me
convence, pero aquí quiero detenerme en lo que leí de él sobre la sombra. La
sombra contiene nuestras represiones y angustias. La sombra en el ser humano a
menudo se presenta sin ser conscientes de ella ni de sus efectos y debemos
contactar con ella. La sombra es el mal dentro y si se reprime hace daño y el
miedo la multiplica y se va a los sueños. La sombra guarda dualidades y secretos.
Como en el retrato Dorian Grey era hombre y
acuerda con diablo ser eterno y mantener su belleza. El cuadro que le hace un
pintor muestra su parte maléfica, era su sombra y lo manda al sótano, un desplazamiento
no es deseable pues la sombra gana poder cuando la reprimimos. Al final
destruye su pintura y muere con ella. El camino es el de aceptar a la sombra y
aceptarnos. Es deseable verte como eres y no idealizar y no acusar a otros, no
proyectar. Podemos hacer una reflexión seria y cambiar.
Tu sombra está ahí siempre, puedes dialogar
mentalmente con ella y reintegrarla de manera sana a tu ser. Se trata de ser
compasivos, aceptar dualidades y trabajarlas sin evadirnos.
Reconocer
nuestras sombras es poder vernos en el espejo y no caer en falsas morales
lograr los valores éticos soñados más allá de la dualidad, superándola. Para
Levinas, la o las sombras son nuestro egoísmo, parece que diría lo mismo que a
Freud, si te centras en el otro, la sombra desaparece y la duda se repite,
cuando hay una enfermedad mental, por ejemplo, el otro está muy lejos de ser
alcanzable por el paciente. Y Levinas tiene razón, centrarse en el otro es una
gran solución a nuestra enfermedad social, pero quizás nos faltan puentes. Si
en la práctica hay un problema mental debe atenderse, si como sociedad no
aceptamos dualidades ni sombras y tenemos falsas morales difícilmente podemos
atender al otro y abrirnos a sus necesidades y particularidades, escuchar.
Creo que hemos mandado al sótano demasiadas
oscuridades y si queremos cuidar del otro, es necesario también atender a la
par sombras y dualidades.
Aclarar sombras ocultas, liberar al inconsciente y centrarnos
cada vez más en el otro son tareas que podemos
trabajar a la par para
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