Grace Nehmad

lunes, 7 de septiembre de 2020

Jankelevitch y Levinas

 

Jankelevitch nace en1903 y muere en1985. Es de origen ruso, pero migra a París y desarrolla su vida profesional allá, en la Sorbonne, pasa la segunda guerra mundial y es restringido en su actividad académica por el gobierno de Vichy. Sigue a Bergson quien fue su principal maestro. Es musicólogo y filósofo.

La filosofía, las letras y la moral en él se conjuntan, pero es muy abierto y dice no tener posturas fuertes ni paradigmas. Escribe obras interesantes, pero dice que es más oral que escritor y nos habla de la paradoja de la moral. Dice que sus períodos de enseñanza podrían ser los volúmenes de un libro. La ética está muy presente en él, pero a la vez es muy tolerante, respetuoso y abierto. Se involucra mucho con sus alumnos y en su filosofía y como pianista, en especial, en la dirección de tesis de sus alumnos. Toma de la prudencia de Platón y la razón de Aristóteles que es válida para reflexionar la propia vida en experiencia. Así, la pasión no es antagónica a la razón y se encausa, es importante y es aliada de la razón. Así puedes realizarte y ser feliz de manera natural, en integración.

Nos dice que él como San Agustin engloba a pasado y futuro en el presente y entonces todo es presente. Está bien porque vivimos en un presentismo hoy en día. Pascal es más moralista que Montaigne, y para él la moral se aplica en todo momento cotidiano, pero sin moralizar.

Piensa que las sociedades deben convivir con principios o leyes generales, ciertos códigos que las abarquen y de ahí cada uno tiene su individualidad. No piensa como Kant que el placer corrompe y las tablas de valores ocultas emergen al tomar decisiones. Toda situación en la experiencia contiene un cuestionamiento ético y la virtud central de la existencia es el amor, lo más importante es amar.

Levinas es mucho más duro que Jankelevitch y no se deja permear, así como él por la experiencia y se quita para darse al otro y vive para él otro casi con un rigor calculado. Levinas sí tiene un claro paradigma y una propuesta que enmarca a la experiencia y a la moral dentro y el placer ni aparece, aunque sí creo que lo vive y se lo permite, pero es completamente un agregado, como un regalo divino aceptado con gran humildad. Jankelevitch va y viene, experimenta y se permite dentro de un código ético y una experiencia dentro de éste, en la apreciación de la música y su vida de pianista, por ejemplo. Puede más, se da más permisos y no actúa para la redención, se da en amor, enseña y experimenta y se cuestiona su actuar en cada caso estando siempre presente. Es curioso, sus filosofías comparten mucho y a la vez sus planteamientos son muy diferentes y sus objetivos. En Levinas está la redención como fin último y eso lo cambia todo. Es justicia social para él, pero es redención, Jankelevitch está más centrado en la experiencia, en amar y en decidir bien en su vida en cada caso con respeto y apertura.


Desde dónde amar y darse al otro, en una libertad

de fusión no pensada, con un objetivo claro de ayuda y redención,

desde un código ético y de respeto que englobe en presente.

Se  suman posibilidades, las decisiones éticas nos acechan

a cada instante de nuestras vidas.

 

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