Levinas nos dice que es en el lenguaje donde en verdad aproximamos a todo otro que nos interpela a través de la palabra y el objeto de conocimiento es hecho, hecho que se sobrepasa. Se nos interpela a través de la palabra y se nos pide auxilio. Debemos estar presentes, asistir a todo otro en amor desde nuestra presencia. El presente es lucha entre la palabra escrita, dicha y, el decir, su actualización. La objetividad es trascendencia desde la palabra que despierta ideas y las llevamos a la acción a partir del despertar en nosotros y despertando y asistiendo a otros. El lenguaje es así trascendencia no totalizadora, como en Hegel, nos dice Levinas, y no hay condicionamiento, hay despertar y conciencia que lleva a la acción, hay espejo que enseña y despierta el camino a seguir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario