Horas y objetos nos aburren, ¿por qué? Hemos abandonado vínculos que desconectan la vida social, nos enajenamos. Parece que sentimos que deberíamos siempre estar en otra parte y no podemos disfrutar lo que nos va trayendo la vida a cada instante. Es ese querer estar en otra parte a cada paso. ¿Qué es el tiempo en la vida y dónde queremos llegar y porqué? La necesidad de fama y riqueza debe dejar su lugar a la plenitud y el equilibrio. Vamos notando que no aburrirnos viene de otra parte, es viajar hacia dentro sin por ello dejar de lado la parte material de la existencia y un cotidiano que debe ser pleno, simple y en construcción. Quizá la clave está en nuestra relación con el tiempo. A menudo aburrirse es también saberse relacionar con el vacío y es un permiso para ver lo fundamental en la vida, esa nada que busca nuevos caminos de vida y engloba un estar en el mundo renovado y más auténtico. La nada es a menudo aburrimiento que toca fondo y transforma y alumbra lo mejor de la vida. La idea es quizá abrirnos a la vida y sus experiencias sin juzgar o etiquetar, equilibrar desde la aceptación de los hechos y el darnos el permiso de sentir y retornar con fuerza en elección a nuestros caminos de vida creativos y verdaderos, resolviendo dualidades en amor.
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