Los elementos de la vida son un cuadro cósmico. Los retos humanos son cercanos y lejanos, hay tiempos cósmicos qui quizás olvidamos en la modernidad. Debemos hacer una diferencia entre lo que puedo resolver y lo que no logro comprender y en realidad no me corresponde. Hay una idea importante de la paciencia como virtud para volvernos filósofos. En arte es importante dejar madurar las cosas nos decía Rilke, date razón a ti y a tu vida interior. Deja que maduren las cosas y vivir en artista es esperar a que se cumplan las cosas. No podemos apresurar las semillas y el verano llega para los pacientes. Al final todo es paciencia. Así nos habla Rilke en letras a un joven poeta. La paciencia es humildad. Madurar como un árbol que no apresura su semilla, nos dice. No estamos hablando de la temporalidad de los relojes. Debemos enfrentar nuestros retos y seguir. Las pruebas nos hacen fuertes, decía Seneca. Dios nos responde y se trata de una dialéctica con la naturaleza. Hay un combate con nuestras pruebas y de ahí surgen el amor y la valentía. Me parece que debemos volvernos más sensibles a nuestro paso por el planeta y ayudar más y mejor a todo otro desde el recogimiento y la virtud para después actuar afuera.
Esperar y dar, muduear en amor
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