Grace Nehmad

lunes, 18 de septiembre de 2023

Gracia y carisma



 En este caso hablaremos del carisma, el enigma de la gracia que nos seduce. Es dimensión divina, en el don y el pecado se abre una voz que se contrapone o eleva fuera de la normalidad, tiene algo de milagroso, de magia divina¿Es gracia religiosa o no, es don laico? ¿De dónde proviene? Simone Veil habla de ello. Es gracia en la comedia y es gracia de vida. Entran ciertos artistas en escena y logran crear sin problemas o más allá de ciertos límites de vida. Las historias se cuentan y multiplican.  La gracia nos convoca en contraposición con la racionalidad. Nos convertimos en seres dominados por vientos distintos y salimos del cotidiano, entramos en otra dimensión. Se ve mucho en el teatro, en la religión y en la representación que nos eleva lejos de las medidas normales de acción. Personalmente he experimentado especiales estados alterados de conciencia y es verdad que se salen de toda norma. Podemos encontrar la gracia y perderla o la encontramos con ciertos estados alterados de la conciencia que nos expanden a menudo en luz y fuerza. Algo se enciende y luego algo se apaga. Pienso que debemos perseguir los mecanismos que invitan a la gracia a habitarnos y aprender a reproducirlos sin miedo. Caminar esos mecanismos nos lleva a experimentar dualidad. No debemos temer. Es verdad que implica riesgos y aventarse en el medio del arte a crear en gracia divina. También en la religión se producen esos estados alterados, llaman a la vulnerabilidad y llaman a la ternura divina frente a la gracia. A veces Dios puede utilizar la enfermedad para despertar la gracia divina, en debilidad que camina hacia la gracia, se logra una fuerza distinta para vencer un mal intenso. Nuestra vulnerabilidad se muestra, nuestras rupturas y de ahí, nos elevamos en gracia divina. Sin embargo, pienso que debemos hacer la conexión de la gracia con el cotidiano en amor y entrega pero cuidando el trabajo cotidiano y las distorsiones de estas experiencias alteradas de la conciencia para no exagerar sus influencias. No debemos perder la propia voz y debemos equilibrarnos en todo momento, entre carisma, gracia y razón. La gracia invade al público y después llega el silencio para reponernos del éxtasis y hacer descender la gracia sobre otros. Buscar la gracia y el dar para canalizarla y ayudar es un llamado para todos. Pienso que debemos trabajar en la experiencia de la gracia divina y ser canales de luz en experiencia y equilibrio. Puede ser de manera laica y religiosa, libre de miedos.


Despertar a la gracia divina, canalizar la luz de manera laica y religiosa, seguir los caminos del amor y el trabajo en equilibrio

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