Perashá Metsorá
Levítico 14:1, y el Eterno le dijo a Moisés: « Ésta será la ley del leproso para el día de su purificación. Será traído ante el sacerdote. El sacerdote saldrá fuera del campamento y verificará si está curada la llaga del leproso… Y el sacerdote presentará la ofrenda expiatoria por la que se purifica la impureza y luego degollará a la víctima del holocausto».
Es necesario el aislamiento y también el ritual, se suman en cuerpo y alma, se vuelve intensa la relación entre la curación física y espiritual y nos ayuda a comprender que un mal físico nos abre puertas de desarrollo y nuevos sentidos existenciales que nos apoyan en nuestros procesos de vida y ayudan a sanar y a sanar a otros. Ser más conscientes de ello es parte de lograr conseguir nuestra misión de vida reflejada en el rostro de todo otro.
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