Grace Nehmad

jueves, 1 de octubre de 2020

Salvador Dalí y Levinas

 

 

Sueños en Dali y Levinas

El artista multifacético y excéntrico Salvador Dalí marcó la historia del arte con sus propuestas novedosas y la escritura automática y dejarse ser, expresarse y abrirse al estilo empírico que propone Nietzsche. No hizo caso de ningún postulado social y fue más lejos que su razón para liberar toda pulsión creativa y unir fragmentos. Buscó conectar las partes vivas y dormidas del inconsciente. En su surrealismo la magia se abre y aterriza hacia lo sorpresivo e inesperado pero positivo. Su magia esotérica crea hacia un lugar naif estilo Beatles en strawberry fields forever. Trabajó sin miedo en las faldas de la muerte, con un pez muerto sobre el rostro para pintar creativamente. Se introdujo en un ataúd para sentir la ruptura de la muerte y pintar después. Trabajó con sus sueños y desde un mundo fragmentado que se manifiesta en su multidimensionalidad en este plano a cada paso. Jugó con lo roto y se dejó reconstruir en sus pinturas. Se burló de la realidad y nos abrió mundos ocultos por explorar. Levinas es todo lo contrario en su propuesta y está en la moral, en la ética para el otro desde un lugar que no acepta este tipo de distracciones como el juego de Dali. Yo me pregunto si al otro no le hace falta también explorar sus sueños un momento, dejarse llevar y ver qué pasa, qué nuevas respuestas encuentra afuera. Levinas diría que todo está claro y es conciencia y que dentro del judaísmo ya se contemplan todos los colores que nos llevas a la redención. Pero quizás Levinas utilizó sus propios juegos y formulas de escritura, tal como Husserl le llamaba al proceso de investigar escribiendo como escribir pensar.

Pero el objetivo siempre se centra en el otro y si la letra se materializa es para el otro, si la letra juega con sus planos y dimensiones es para el otro. La profecía existe en el judaísmo, también los falsos profetas. Son temas que se confunden y la falta de claridad no es lo que llama a Levinas, al contrario. Es verdad que en estos juegos de los sueños y del inconsciente muchos se quedan atrapados, pero también muchos encuentran respuestas y nos reencontramos con Freud y Jung desde lo individual y colectivo, desde la práctica dirigida hasta la hipnosis y sesiones espiritistas. Mayoritariamente me parece que es mejor recargarse en Levinas y desarrollar las propias herramientas para asomarse a lo oculto, a la multidimensionalidad de la existencia de manera funcional y para traer conocimiento nuevo al mundo y ponerlo al servicio del otro.


Son historias de color desde el mundo consciente ¿o se vale

escaparse un momento y regresar con mensajes para

ayudar mejor a todo otro?

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