Sueños en Dali y Levinas
El artista
multifacético y excéntrico Salvador Dalí marcó la historia del arte con sus
propuestas novedosas y la escritura automática y dejarse ser, expresarse y
abrirse al estilo empírico que propone Nietzsche. No hizo caso de ningún
postulado social y fue más lejos que su razón para liberar toda pulsión
creativa y unir fragmentos. Buscó conectar las partes vivas y dormidas del
inconsciente. En su surrealismo la magia se abre y aterriza hacia lo sorpresivo
e inesperado pero positivo. Su magia esotérica crea hacia un lugar naif estilo
Beatles en strawberry fields forever. Trabajó sin miedo en las faldas de
la muerte, con un pez muerto sobre el rostro para pintar creativamente. Se introdujo
en un ataúd para sentir la ruptura de la muerte y pintar después. Trabajó con
sus sueños y desde un mundo fragmentado que se manifiesta en su
multidimensionalidad en este plano a cada paso. Jugó con lo roto y se dejó
reconstruir en sus pinturas. Se burló de la realidad y nos abrió mundos ocultos
por explorar. Levinas es todo lo contrario en su propuesta y está en la moral,
en la ética para el otro desde un lugar que no acepta este tipo de
distracciones como el juego de Dali. Yo me pregunto si al otro no le hace falta
también explorar sus sueños un momento, dejarse llevar y ver qué pasa, qué
nuevas respuestas encuentra afuera. Levinas diría que todo está claro y es
conciencia y que dentro del judaísmo ya se contemplan todos los colores que nos
llevas a la redención. Pero quizás Levinas utilizó sus propios juegos y
formulas de escritura, tal como Husserl le llamaba al proceso de investigar
escribiendo como escribir pensar.
Pero el
objetivo siempre se centra en el otro y si la letra se materializa es para el
otro, si la letra juega con sus planos y dimensiones es para el otro. La profecía
existe en el judaísmo, también los falsos profetas. Son temas que se confunden
y la falta de claridad no es lo que llama a Levinas, al contrario. Es verdad
que en estos juegos de los sueños y del inconsciente muchos se quedan
atrapados, pero también muchos encuentran respuestas y nos reencontramos con
Freud y Jung desde lo individual y colectivo, desde la práctica dirigida hasta
la hipnosis y sesiones espiritistas. Mayoritariamente me parece que es mejor
recargarse en Levinas y desarrollar las propias herramientas para asomarse a lo
oculto, a la multidimensionalidad de la existencia de manera funcional y para
traer conocimiento nuevo al mundo y ponerlo al servicio del otro.
Son historias de color desde el mundo consciente ¿o se vale
escaparse un momento y regresar con mensajes para
ayudar mejor a todo otro?
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