Grace Nehmad

domingo, 18 de octubre de 2020

Lenguaje y sociedad y Levinas

 

Lenguaje y sociedad y Levinas

La lengua es un hecho social y se estudia en relación constante con la sociedad. La sociedad mantiene viva a la lengua y la utiliza y la hacemos evolucionar o involucionar. La lengua usa signos para comunicarse y la norma es la realización colectiva de la lengua. Cuando nosotros hablamos con las personas usamos la lengua dependiendo del contexto en el que nos encontremos y dependiendo de nuestro interlocutor de maneras muy diferentes y de nuestro contexto. De la norma se generan los diferentes tipos de lenguaje. El habla ayuda a la comunicación eficaz en su uso individual es  habla a pesar de estar en comunidad, es social y colectiva, hay matices dependiendo de las características de sus hablantes.

En localidades o países varía la lengua pues no todas las regiones la usan igual. Varían su tono o gramática, han variantes incluso dentro de cada país en los términos empleados que se manifiestan a nivel fonético o sintáctico. Incluso se da la neutralización de ciertas palabras y esos matices nos dejan ver acentos diferentes. Reconocemos así que la lengua evoluciona y se enriquece o empobrece involucionando. Se notan variantes de la lengua que son socioculturales de los hablantes, educación y cultura, edad y sexo, profesión y contexto con usos diferentes en la expresión, con gestos y modos asociados. Hay también un contexto de relaciones y nuestro crecimiento se refleja en nuestra lengua.

Hay niveles de la lengua, culta o coloquial para cada espacio formal o informal y también hay un nivel vulgar que es poco aceptado. Hay tecnicismos de profesiones específicas. Muy interesante es lo que les escribí hace unos días sobre la reducción en la riqueza de nuestro vocabulario por la modernidad que trunca nuestros espacios y contactos con la naturaleza, nos quiere robots y trunca con nuestro lado animal, corporal. La educación se detiene en la importancia de enriquecer nuestro lenguaje y ampliar nuestro vocabulario. Parte de esta educación considero que debe incluir la escucha nos diría Levinas, saber escuchar profundamente al otro y permitirle así pulir su lenguaje y su comunicación hacia nosotros. Si corremos tanto y nos alejamos del cuidado del otro, el lenguaje se ve mermado. La educación también debe desarrollar nuestra correcta expresión y gestos de comunicación que son parte del leguaje. También se mueve el lenguaje junto con la influencia de los movimientos sociales. En el romanticismo era más intenso, pasional y directo y en una etapa clásica, más lleno de pudor. En francés en el primero decían je t´aime y en el segundo je t´aime bien, por ejemplo. Levinas no apoyaría el tema pasional y preferiría un poco más de distancia, recato y pudor, una distancia de respeto a todo otro que quizá curiosamente va de acuerdo con los tiempos que corren de sana distancia y es posible establecer esta relación para tratar de volver al respeto y a la escucha, inclusive con la intensión agregada de evitar la propagación del virus.


¿Qué tan cerca podemos estar del otro a través de un cerco de cuidado y respeto?

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