Lenguaje y sociedad y Levinas
La lengua es un
hecho social y se estudia en relación constante con la sociedad. La sociedad
mantiene viva a la lengua y la utiliza y la hacemos evolucionar o involucionar.
La lengua usa signos para comunicarse y la norma es la realización colectiva de
la lengua. Cuando nosotros hablamos con las personas usamos la lengua dependiendo
del contexto en el que nos encontremos y dependiendo de nuestro interlocutor de
maneras muy diferentes y de nuestro contexto. De la norma se generan los
diferentes tipos de lenguaje. El habla ayuda a la comunicación eficaz en su uso
individual es habla a pesar de estar en
comunidad, es social y colectiva, hay matices dependiendo de las características
de sus hablantes.
En localidades o países varía la lengua pues no
todas las regiones la usan igual. Varían su tono o gramática, han variantes
incluso dentro de cada país en los términos empleados que se manifiestan a
nivel fonético o sintáctico. Incluso se da la neutralización de ciertas
palabras y esos matices nos dejan ver acentos diferentes. Reconocemos así que la
lengua evoluciona y se enriquece o empobrece involucionando. Se notan variantes
de la lengua que son socioculturales de los hablantes, educación y cultura,
edad y sexo, profesión y contexto con usos diferentes en la expresión, con
gestos y modos asociados. Hay también un contexto de relaciones y nuestro
crecimiento se refleja en nuestra lengua.
Hay niveles de
la lengua, culta o coloquial para cada espacio formal o informal y también hay un
nivel vulgar que es poco aceptado. Hay tecnicismos de profesiones específicas. Muy
interesante es lo que les escribí hace unos días sobre la reducción en la
riqueza de nuestro vocabulario por la modernidad que trunca nuestros espacios y
contactos con la naturaleza, nos quiere robots y trunca con nuestro lado animal,
corporal. La educación se detiene en la importancia de enriquecer nuestro lenguaje
y ampliar nuestro vocabulario. Parte de esta educación considero que debe
incluir la escucha nos diría Levinas, saber escuchar profundamente al otro y
permitirle así pulir su lenguaje y su comunicación hacia nosotros. Si corremos
tanto y nos alejamos del cuidado del otro, el lenguaje se ve mermado. La
educación también debe desarrollar nuestra correcta expresión y gestos de
comunicación que son parte del leguaje. También se mueve el lenguaje junto con
la influencia de los movimientos sociales. En el romanticismo era más intenso,
pasional y directo y en una etapa clásica, más lleno de pudor. En francés en el
primero decían je t´aime y en el segundo je t´aime bien, por
ejemplo. Levinas no apoyaría el tema pasional y preferiría un poco más de
distancia, recato y pudor, una distancia de respeto a todo otro que quizá
curiosamente va de acuerdo con los tiempos que corren de sana distancia y es
posible establecer esta relación para tratar de volver al respeto y a la
escucha, inclusive con la intensión agregada de evitar la propagación del
virus.
¿Qué tan cerca podemos estar del otro a través de un cerco de cuidado y respeto?
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